Joumana Hadad. “Supermán es árabe. Acerca de Dios, el matrimonio, los machos y otros inventos desastrosos.”

No pretende, en este ensayo magistral, Joumana Hadad (Beirut, 1970) que destruyamos a los hombres árabes, ni desea que odiemos a nadie. Pareciera, al contrario, un manual para hombres y mujeres machistas que son víctimas de su educación, tabúes, y credo religioso. Nos relata en clave de sociología de género, pero esta vez humano, las diferencias entre dos lados de la sociedad que a su parecer deberían incluir muchos más, inaugurando un ejercicio refrescante para el debate de “como deseamos que sea nuestro mundo”.
Una sociedad plural, y no binarista, que incluya otras sexualidades legitimándolas y no tolerándolas, que, según Hadad, en el Líbano contemporáneo se encuentra en el Paleolítico. Nos regala un análisis político del Monoteísmo, majestuoso, que les devuelven alas a las mujeres, para volar directamente a pagar sus rentas y sus gastos, haciéndolas libres de una vez para siempre. Es la independencia económica femenina la que libra a las mujeres de hombres que paguen sus rentas a cambio de someterlas, y a estos de mujeres ávidas de quién pague sus cuentas, estableciéndose una nueva relación entre ambos que abandone la noción de “las cavernas”, en palabras de Hadad.
Analiza en profundidad el estado de la Democracia en el Mundo árabe, y más concretamente Oriente Medio, para llegar a la conclusión de que no existen los Derechos Humanos ni las libertades allí. Un paseo por cifras estadísticas demoledoras sobre los matrimonios de niñas en los países árabes y demás testimonios de hombres y mujeres que se sienten impotentes para contar, incluso a sus familiares y amigos más próximos, sus ideas acerca de la igualdad de los sexos.
Haciéndonos un Tour por la Virginidad, la ablación del clítoris femenino y el Feminismo islámico, que no sale muy bien parado, nos reconduce a la secularización de la sociedad y de la vida, librándonos de la pesada muela del Monoteísmo. Su vivencia de la monogamia, y de la poligamia al vivir en un país árabe, son cuando menos muy esclarecedoras, y su visión comparativa con la sociedad occidental deja en equilibrio el sometimiento de todos a un modelo único y patriarcal.
Nos relata como el Feminismo “de tercera generación”, esto sería “post-feminismo de la Liberación de la Mujer” de los años 70, nos conducirá, debe conducirnos, al entendimiento, y a proclamar una Revolución en la que los roles no sean el de Supermán y la mujer sumisa.
Recorre la ensayista y poeta libanesa la historia y la formación de la sociedad árabe, sea musulmana, cristiana o judía, incluso de las llamadas “Primaveras árabes”, hablándonos en clave de poema, construyendo un corpus muy novedoso en su último libro, que da paso a una lista de deseos y contra-deseos, para entrar de lleno en la cuestión de la convivencia, pacífica y sin sometimientos, de la sociedad humana, traspasando con ello los límites del mundo árabe para adentrarse en la sociedad global.
Finaliza su trabajo con una misiva a sus propios hijos deseando que se conviertan en “hombres de verdad” y no en “Supermen” que condenen a sus mujeres, hijos e hijas, a los roles patriarcales que tanto sufrimiento aportan a las vidas de hombres, mujeres, homosexuales, lesbianas y transexuales, y en definitiva a la convivencia humana.
Trabajos como este, serios y de una rigurosidad científica digna de las mejores investigaciones nos ayudan a profundizar de manera antropológica en la vida humana y su descripción, con la base en un conflicto, para seguir la Teoría Sociológica a la perfección.
SupermanEsÁrabe
Joumana Hadad. “Supermán es árabe. Acerca de Dios, el matrimonio, los machos y otros inventos desastrosos.”
Ediciones Vaso Roto. Colección “Umbrales”. 2014.

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Gamal Abdel Naser: «Filosofía de la revolución», 1953.

nasser

“(…) El destino no puede ser confundido con un juego de azar. Los acontecimientos no se producen casualmente. La existencia no procede de la nada.
No podemos, ciertamente, contemplar, de una manera estúpida, un mapa del mundo sin comprender cuál es el lugar que ocupamos en él y la misión que nos confiere la ocupación de nuestro factor lugar. ¿Es posi­ble que podamos ignorar la existencia de un Círculo Arabe que nos rodea, y que dicho Circulo es parte de nosotros mismos, como nosotros somos parte de él? La historia nos ha incluido y fundido con él y sus intereses son nuestros intereses, lo que queda expuesto son hechos reales y no simples palabras.
¿Podemos ignorar la existencia del continente africano, donde el Des­tino nos colocó, y que es actualmente testigo y escena de una lucha terri­ble por su porvenir? Una lucha cuyas consecuencias nos afectarán, irre­mediablemente, queramos o no.
¿Podemos ignorar que existe un Mundo Musulmán al que estamos uni­dos por lazos no sólo forjados por la fe religiosa, sino también por las rea­lidades históricas? He dicho, anteriormente, que el Destino no es un jue­go de azar. No en vano nuestro país se halla al sudoeste de Asia, incrustado en el Mundo Arabe, cuya vida se mezcla, directamente, con nuestra vida. No en vano nuestro país se halla en el nordeste de Africa, en posición geo­gráfica dominante sobre el continente negro, que se agita hoy en violenta lucha entre los colonizadores blancos y los nativos de color, disputándo­se la posesión de sus riquezas inagotables. No en vano la civilización y la herencia islámica —que los mogoles arrasaron durante sus conquistas de las capitales antiguas del Islam—, vinieron a refugiarse en Egipto, donde hallaron seguridad y protección cuando el contraataque de Ain Galout, con el que Egipto rechazó la invasión de los tártaros.
Los hechos fundamentales ya manifestados tienen sus raíces, profun­damente incrustadas, en nuestra vida. Sea lo que quiera que nosotros haga­mos, no podemos ni olvidarlos, ni pretender desentendernos de ellos.
No sé exactamente por qué recuerdo siempre, al llegar a este punto de mis reflexiones, la obra de Pirandello, Seis personajes en busca de autor una de las comedias más conocidas del famoso escritor italiano.
La Historia está llena de las gloriosas proezas de nuestros héroes, que supieron ser protagonistas, en el escenario de la Patria, heroicamente. Pero también en la Historia hay papeles grandes y heroicos que no encontraron el autor que los captase en momentos decisivos.
No sé de manera exacta por qué causa imagino, constantemente, que, en esta parte del mundo en que vivimos, existe un papel sin autor; un papel grandioso que busca, constantemente, alguien que sepa representarlo. Y no sé por qué me imagino que este papel —esta misión, estaría mejor expre­sado—, va errando a lo largo de la extensa zona que nos rodea en busca de quien sea capaz de desempeñarle y acaba por caer agotado junto a nues­tras fronteras exigiendo que actuemos con el fin de encarnarlo, ya que nadie lo podrá hacer más que nosotros.
Me apresuraré a manifestar que no se trata de una misión de caudi­llaje, sino de una misión de acción conjunta y coordinada, de experimen­tación con todos los factores que en ella participan, de una misión enco­mendada a nosotros para que pongamos en movimiento la poderosa energía latente en cada rincón de este vasto territorio del mundo y utilicemos esa fuerza tremenda haciéndole desempeñar un papel decisivo para mejorar el futuro de la Humanidad (…)”.
Extracto del libro reseñado en el título. Fuente dialnet.unirioja.es