El policía le escupió un chiste a través del portero eléctrico de la Comisaría, cerrada a cal y canto por efecto de la Pandemia.
Se marchó, después de agradecerle con su tono de voz más comercial y fingir una leve sonrisa sonora.
Abandonó aquel lugar humillante y se topó de bruces con un cristal enorme, delante de un local. En la parte superior, un cartel rezaba “Proyectos de Interior”.
En el “interior” un hombre joven, con gafas y “ropa social”, como dicen en el Nordeste brasileño, vegetaba ante la pantalla de un ordenador.
Siguió andando y rondándole en la cabeza “Proyectos de Interior”, mientras se interrogaba a sí misma sobre el “interior”, el suyo propio y el de los demás.
Sobre cómo se construye el “interior”.
En Brasil el “Interior” es el espacio geográfico opuesto al “Litoral” y conforma un mundo complejo.
Sierras, mesetas, desiertos poblados por arbustos espinosos. Cañones de vértigo, muy altos y cascadas que se despeñan por precipicios enormes.
Así es también nuestro propio “interior”.
Precisa de reserva, cuidado y planificación.
“DECISIONES decorativas que LAMENTARÁS, según las ¡interioristas!…”
Me asaltó la vista en una Red Social.
Sigo mascullando la idea, en silencio, amando mi soledad.
La Soledad es un Tesoro que todo “interior” dispuesto a ser “diseñado”, situado geográficamente, y finalmente decorado, debe tener como mejor compañía.
Leo, mientras cultivo un “interior” diseñado exclusivamente para mí.
Nordestino, lejos del Brasil geográfico que apuntala mi alma, y con raíces aéreas de orquídea pues parasita lecturas, pensamientos y versos llegados de todas direcciones.
Silencio.
Para ver.
Más allá.
Dónde no hay silencio, no hay “interior”.
Hemos pasado mucho tiempo en el “interior”, en silencio y en soledad, confinadas.
Uso mi miedo para refugiarme en mi “interior”.
Lo comparto.
El rostro amado besa mi “interior”, con pasión, calor y arrobamiento sensual.
No conozco mayor felicidad que vivir en el “interior”.
“Interiorana”: https://educalingo.com/es/dic-es/interiorana