Guerreras, Chamanas y Travestis.

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El antropólogo español Alberto Cardín, escribió un ensayo titulado “Guerreros, Chamanes y Travestis”, haciendo una aproximación científica a “…las culturas que denominaba “Exóticos”, por no haber tenido contacto con la civilización occidental y no estar contaminadas por su moral….”

Nos ilustra sobre prácticas milenarias en la que los Guerreros debían pasar por experiencias homosexuales para iniciarse como tales, antes de ir a la Batalla.
De las experiencias de Chamanes que se veían a sí mismos como pertenecientes al sexo opuesto, o quienes simplemente por haber nacido con esa naturaleza eran considerados como tales por el resto de la Tribu.

Los “Grupos exóticos” se consideran la gente, con carácter exclusivo. Por eso en cualquier lengua indígena se nombran a sí mismos como “La Gente”.

Cardín advierte de que el relato “etnográfico” de la vida de los “exóticos”, no hace más que mostrarnos realidades lejanas a la sociedad occidental de consumo, y del Capitalismo.

Nos muestra como lejos de este mundo de “seres válidos” o “inválidos” para la reproducción del Sistema Capitalista, sí abandonamos esa «pretendida ingenuidad conservadora» que dice que “no son gente como dios manda”, existen desde hace miles de años realidades sexuales alejadas del paradigma-constructo socio-sexual de Occidente, unívoco llamado “heterosexualidad”.

La “moda antropológica” de una sociedad, o lo tenido como norma de etiquetado de los seres que la componen, sus comportamientos, y sus aspectos, calificados como “negativos”, “invertidos” o “nefandos”, dependiendo de lo mojigata que fuera la sociedad o el tiempo que les tocara vivir, están dirigidos a segregar a quién no puede producir hijos, como futuros herederos y perpetuadores del propio sistema Capitalista.

De las religiones monoteístas, que proscriben “tales prácticas”, por tanto a tales personas, ha heredado la Sociedad Capitalista y Post-Capitalista este asunto que mezcla moral, reproducción de la especie y “miedo-tabú” a una identidad alternativa a la norma, que sugiera “la libertad sexual” de los individuos que la compongan para saltársela.

Es por tanto en nuestras sociedades, para nada “exóticas”, en las que surgen los conflictos con los homosexuales, las lesbianas, y las y los transexuales, sin entrar a detallar cada problemática de manera individual.
Pretender que una Ideología combativa tendente a una Revolución Social en pos de la Igualdad de los Seres como es el Feminismo, “comulgue” con los mismos aspectos religiosos, morales, reproductivos del Sistema Capitalista, sería trasnochado y cuando menos anacrónico. Un oxímoron.

Toda revolución implica un cambio de Paradigma Social y el Feminismo no será el que se libre.

Pretender formar una “tribu” dentro del Feminismo, que sólo acepte “hembras biológicas”, eludiendo así las opresiones y dificultades de las mujeres transexuales, resulta llamativo, dado el carácter de Igualdad de Género que persigue, como fin último, esta Revolución Feminista.

Cada parte de la sociedad deberá trabajar aspectos particulares para confluir en ese modelo social ideal a conseguir, libre de opresiones, de clase y de género.
Carecen de relevancia “catálogos de identidades”, un re-etiquetado sexual, occidental, plagado de apóstrofes como “Cís, Pan, y Asexual”, que poco encaje podrían tener en sociedades con otro paradigma como son África en su conjunto, o los países llamados arabo-islámicos, en los que estos decálogos carecen de realidad social, y de la suficiente profundidad para calar en sociedades que no viven inmersas en el Post-Capitalismo de manera real.

El Feminismo jamás ha coincidido con el puritanismo, (¿ o sí? ) un mal que ha combatido en pos de la Libertad Sexual en la década de los 70 en el siglo XX, incluyendo estas realidades alternas e identitarias, a las que ahora un pequeño grupo pretende negar y lanzar al abismo, de manera insultante, tachándolas de “represoras”, “protagonistas”, “violadores” y demás carnaza que todas conocemos.

Y sí, han leído bien, “carnaza” para que el Patriarcado vea, exultante como uno de sus postulados, esto es negar la condición de mujeres a las transexuales, intenta calar dentro del Feminismo como una Contra-Revolución, recién llegado de la Meca del Capitalismo: el mundo anglosajón.

Echen un vistazo a la Ley Transexual de Uruguay, al Sistema de Cupos para la Comunidad Trans en Argentina, y verán que otros modelos ya funcionan, de manera inclusiva, no sin fricciones. Nadie dijo que la Revolución Feminista era el Paraíso.

Sí, es hora de desterrar esa ideología cursi y romántica “del mundo ideal” y ponernos codo con codo a derribar todas las opresiones.
Ese lenguaje agresivo que clama por “las hembras biológicas” esgrimido como arma arrojadiza contra el Colectivo Transexual, y la respuesta a su vez agresiva de este, no tiene cabida en este tipo de Debate cuyo fin último es la Igualdad.
En la Igualdad no hay “bandos”, ni “piedras” que arrojarse ante “anatemas y blasfemias”, más morales que teóricas.

-“Guerreros, chamanes y travestís” Alberto Cardín.
https://www.boolino.es/es/libros-cuentos/guerreros-chamanes-y-travestis/

“Mujercitos” Susana Vargas. Editorial RM, México. La ilustración de este post es de esta publicación.
http://www.yaconic.com/los-mujercitos/