INFANCIA.

Se me dar um cigarro, eu dou. Tía”
“Si me das un cigarro, me acuesto contigo, Tía”.
Así me saludó un niño de la calle en Salvador, Bahía, a la salida de mi trabajo como ilegal en un restaurante.

Mi mente, con un nuevo paradigma para comprender situaciones violentas de verdad, a las que nunca antes en mi vida me había enfrentado, me animó a responderle, de manera subjetiva, para no morir de dolor:

“Criança nâo fuma”. “Los niños no fuman”, desentendiéndome de su ofrecimiento sexual, con un tono autoritario, maternal.

El silencio y el canto de los pájaros me sosiegan. Lo suficiente para contarte lo que vi en la mirada de aquellas niñas y niños.
Muy pequeños, desde los apenas dos años de edad, hasta pre púberes de entre diez y doce años.
A partir de esa edad son demonios diminutos, encallecidos por la barbarie.
El mayor número ha huido de palizas, violaciones y esclavitud de parte de sus propias familias.

“Y yo me pregunto”, como Netzahuátlcoyotl el rey poeta de Tlexcoco, ¿para qué tanto dolor?

“Sólo un poco aquí”, cantaba el rey nahuátl.

Para estas niñas y niños sólo será “un poco aquí” lleno de miseria y profundo dolor.
Una herida abierta y sangrante será su vida.
Todos los días miles de adultos le echan sal a su herida. De cicatrices groseras y mal cosidas.
Hay costuras que nunca cierran, jamás.
Se los dice una niña, que fue, de la calle.
Poesía de Nezahualcóyotl

Del Amor del 18 Brumario. Karl Marx y los monos de Darwin.

Canta Lafourcade, voz mexicana de apellido francés, y recuerdo el “marriage”.
Devino en “Mariachi”, ya que los franceses al no entender por qué se daban aquellos grupos tan grandes de músicos y cantantes, dijeron “marriage”, boda…
“Hasta la raíz”, canta la voz mexica.
Así es mi dolor.
Una mezcla de ingenuidad marxista, la de “los monos de Darwin”, que tanto influyeron a Karl, el traidor de la Comuna de París.
Mi corazón es la Comuna traicionada, pues amé, como primate darwiniana, un espejismo.
Espejismo de Amor Revolucionario, jamás correspondido, por la cobardía de los contendientes.
Hasta hoy espero.
Con mi Dignidad intacta, mi “Karama” árabe. الكرامة

Mi Dignidad es mi valor de primate evolucionada.

 

Intacta.
Permanece a la espera.
Mi “Karama” paseó por el Mundo, y nunca encontré un contendiente con quien compartir mi Comuna.
Anarquistas, con hijos en colegio de pago, pasearon por mi lecho, columpiándose en mi corazón.
Y huyeron ante mi compromiso absoluto con la gente desheredada, mucho más virtuosa que sus vidas, secretamente burguesas.
Culpabilidades subrepticias. Armarios de una sola puerta.
Solteros impenitentes, aún con esposas e hijos.
Amantes y concubinas lo confirmaban.
Los Golpistas de Medina, con Mahoma a la cabeza, lo habían confirmado.

Hipocresía. نفاق

 

1438 años desde la derrota.
De nuestro Amor Digno. الحب الكرامة
Y allí seguía yo.
Esperando.

 

Como esperé en Europa, América y África.
En un mes visité los tres puntos de mi “Qibla”.  القبلة
Y quedé agotada después de un año entero de lágrimas.
Fueron tantas, que me brotaron los dos nenúfares de Boris Vian en los pulmones.
Sólo un vago recuerdo del saxofón rumano, tocando para mi sola, “Desafinado” de Tom Jobim.
Leves lembranzas de alguna piel ajena.
Olor vago, de sudor extraño, en mi pituitaria.
De lo que amé, traicionada y sola en mi Comuna.
La de mi corazón.

 

Oh, Nabil… يا نبيل

Una vez más, el fraude al que llaman amor tocó a la puerta de mi corazón.

Sin saber, pobre fraude, que mi cerebro ha abrazado a mi corazón…

Me lo ha enseñado una profesora de nívea cabellera, ojos negros de khool…

Las letras me protegen del amor de Egipto, por muy creativo que sea el fraude, no me lo compro, es caro.

Mujer política, imposibilitada para seguir esa estafa neurótica, adornada con corazoncitos rojos, infantiles.
Siento que tengo tres mil años de antigüedad frente al burdo merchandising.

Mi amor, atesorado en las pinturas de la Reina Hatshepsut, en las músicas de la Diosa Hathor.
Al final mi amor no es más, ni menos, que una vaca con disco solar entre los cuernos.

Amor de África. Brasil, Marruecos y el Sáhara.
Amor agrietado en Italia, Alemania y Francia.
Amor ebrio de alcohol en Inglaterra.

¡Detente fraude! Aléjate con tu maldición, ya sé que después de los corazoncitos viene el mercado de barbitúricos y el suicidio.

Muerte probada, sabor metálico de juventud, ¡aléjate de mis cabellos de fuego!

Tatué mi cara para lanzarte al abismo, y siempre pides más. Siempre una nueva estrategia para acabar en lo descarnado del sudor, la carne desnuda y las lágrimas.

Eternamente el mismo crimen, de Raskolnikov, sin castigo. Mi alma pura frente al hacha ensangrentada. La usurera y su inocente hermana, asesinadas por el marketing-de-la-Revolución-actuando.

Para nada.

Simple mezquindad y deseos vanos, ay Epicuro

Omega dijo, que mi mente científica, de Aquarius, lo resolvería todo.

Tenía razón.

Mi cerebro vive abrazado a mi corazón, para siempre.