“Las Harimaguadas y Tenesoya: la Herida Colonial”.

Se dice en la crónica, lo que mal entendían curas y cronistas, que la voz “Harimaguadas” correspondía a monjas relacionadas con la «virginidad».

«Tenían estos Guadartemes casas de doncellas enserradas … las quales eran muy queridas rregaladas por los Guadartemes y servidas de los no les» (Ovetense, p. 162, ed. M. Padrón).

Antonio Cubillo piensa que en su composición pueden entrar los vocablos beréberes IMA O MA = madre y GUDA o GUDI, dar gracias a Dios, relacionados con el culto matrológico, lo que se corresponde con la línea matriarcal dadora de nobleza, linaje y parentesco en la sociedad Guanche.

Todos los intentos de emparentar a las “Harimaguadas” con el corpus francés elaborado sobre la cultura Bereber del Norte de África son interpretaciones y falsificaciones fabuladas en la década de los 20 e incluso antes, en ese empeño galo de “no ser descendientes de negros” denominándolos incluso “África Blanca”, en su línea del “Racismo Elegante” descrita y estudiada por Gómez Alcantud.

Narra Abreu Galindo que «Entre las mujeres canarias habían muchas como religioue vivían con recogimiento y se mantenían y sustentaban de lo que los nobles les daban, cuyas casas y moradas tenían grandes preeminencias; y diferenciábanse de las demás mujeres en que tenían las pieles largas … », esto es usaban Manto largo como el de los hombres. Se cita en las crónicas el “Agadir, o Cenobio de Valerón” como lugar de habitación de las Harimaguadas que compartían espacio con los granos depositados en celdas horadadas en la roca, denominado entonces “Agadir” en la voz bereber.

La explicación más acertada en mi opinión, es que se trataba de mujeres jóvenes que hacían un “rito de paso” hacia la madurez y tiene que ver con la Fertilidad, la menstruación y su futuro matrimonio y crianza de hijos, así como mujeres con especial talento para atender asuntos espirituales y religiosos en los ritos de la cultura Guanche.

Existen vestigios arqueológicos de tales prácticas de Culto a la Fertilidad, Femineidad y esta suerte de mujeres con devoción por su cosmogonía, que nunca deben ser consideradas como “monjas” o “sacerdotisas”, meros intentos eurocéntricos de explicar este fenómeno hallado en la Conquista, y que sólo se da en Gran Canaria y entre mujeres de linajes nobles, separadas del resto por división de la sociedad entre Nobles y villanos, o “trasquilados” pues un signo de nobleza era tener los cabellos largos.

Nos centraremos por tanto en la “Crónica de la conquista de Gran Canaria”, dónde encontramos material suficiente para sustentar la idea de “mestizaje de control” ejercida por la sociedad conquistadora Medieval y Patriarcal.

 

Tenesoya, hija de Aymediacoan, y por tanto sobrina de Fernando de Guanarteme , era descendiente de Andamana o Antidamana conocida como “Madre de las (Hari)Maguadas” quién al casarse con Gumidafe hicieron guerra y conquistaron toda la isla” cuyo heredero fue Artemis.

Se unió en matrimonio a Maçiot de Bethencourt, sobrino del Conquistador y Señor Jean de Bethencourt, tomando el nombre de Luisa de Bethencourt al bautizarse,a quién se unió nadando hasta el barco de este fondeado en Bañaderos”, según la tradición literaria de Gáldar. Se deduce de estas crónicas que Tenesoya ya se había casado con Maçiot de Bethencourt por el siguiente texto de la “crónica Ovetense” Arminda o Masequera, hija de Fernando de Guanarteme: «y afirma la hija del guadáñeme, que era persona de mucha verdad, que la noche que Luisa de Betancur se unió (sic) de casa de su tio a embarcar, que se levantó de junto a ella y abrió la puerta que es muy pesada». Véanse las diferentes grafías de una misma palabra que transcribían los cronistas al oír los vocablos de la lengua guanche.

Tras la rendición total de Gran Canaria finalizada su Conquista el 29 de julio de 1484, “en que los canarios entregaron a su Reina y Señora de toda la Isla”, apenas una niña que gobernaba a través de su tío a quién nombró “Faycan”, vivió finalmente con Tenesoya/Luisa de Bethencourt y su marido Maçiot.

Tenesoya/Luisa de Bethencourt en “información de hidalguía” viuda de Bethencourt, y sus hijos practican en Gáldar el 30 de agosto de 1528 para librarse de un embargo por el pago de moneda forera’, declara ser «hija de Armide lacocón, hermano de Ventagoo, guanarteme de Telde”, siendo apoyado su testimonio por Catalina de Guzmán, antes llamada Guayarmina, Princesa de Gáldar…

Y es aquí donde se desvanece el Matriarcado vigente en aras de una cultura que las relegó, cuando su estirpe fue de madres de Reyes.

Texto elaborado a partir del estudio antropológico de Francisco Pérez Saavedra., U.L.P.G.C. Fotografías: «Museo Canario» y FEDAC-Gran Canaria.

“Fuerteventura, Propiedad, “Señorío” y Nazis”.

En estos últimos años se ha hablado mucho sobre los “Hoteles Ilegales” construidos en el ahora “Parque Natural de las Dunas de Corralejo”.

Nos enteramos por un diario de que la actual propietaria de la ilegalidad en cuestión es “Riu-Hoteles”, que “cambió” la Jurisdicción de la “Isla de Lobos” al gobierno por una “moratoria de 70 años” a la “concesión” que le fue retirada por realizar obras ilegales, y le fue concedida por el Gobierno de Mariano Rajoy.

La “Propiedad” tiene muchas particularidades en Fuerteventura, al establecerse esta con la “Conquista” y la Potestad del “Señorío” que incluía también poder nombrar alguaciles y regidores, otorgada por Enrique III de Castilla alrededor de 1434, y que es abolido por las “Cortes de Cádiz” en 1811.

Antes de instaurarse el “Señorío”, la Tierra era compartida de forma comunal, no exenta de conflicto, por la población aborigen, denominados “Mahos”, conformada por grupos nómadas que realizaban pastoreo y otras actividades relacionadas.

Mis bisabuelos poseían una casa de “dos alturas”, con “alpendre” y Aljibe de “Caliche”, en los “Llanos de Hospinal”, municipio de Antigua.

Eran agricultores y tuvieron muchos hijos, caso frecuente entre finales del Siglo XIX y 1925, cuando mi abuelo abandonó la isla para trabajar de “Botones” en el “Hotel Santa Catalina” de Las Palmas de Gran Canaria, después de salvarse de la “Guerra de Marruecos”.

Con la enfermedad de mi bisabuelo, ya a finales de la década de los 60, cerraron la casa y quedó vacía, ya que toda la familia había emigrado al Sáhara o a las “Islas mayores”.

Se “vendió” la casa, sin la firma de ninguno de sus hijos e hijas, y herederos por derecho de la “propiedad”. Hoy es propiedad, sí aún sigue con vida, de una mujer anciana con el mismo apellido de mi bisabuelo y probablemente pariente.

El “Alpendre” está derruido por el robo de la viga de Tea que sustentaba el “Alto” de la casa y en completo abandono.

Hablemos ahora de “Jandía”, “Handía” como reza en los documentos de 1434 o la “Dehesa de Handía”, situada en el extremo sur de la isla de Fuerteventura.

La “Propiedad” de la “Dehesa de Handía” fue de la misma familia de “Señores de Handía” desde la Conquista hasta 1932, en que la vendieron a Gustav Winter, un Nazi que se instaló en Madrid y trabó relación con la familia heredera y se la compró.

Gustav Winter aterrizó en la isla majorera y se construyó un “castillo”, según la voz popular, en la Cordillera de Cofete, no lejos del caserío de mismo nombre.

Impuso “Winter, el Nazi” el mismo trato a los habitantes del lugar que venía siendo usual desde los tiempos del “Señorío”, esto es un “impuesto económico” por cada cabra, gallina, camello que entrase en la “Dehesa” huyendo los habitantes de Cofete hacia los municipios de Pájara o Tuineje.

Winter proyectó una urbanización turística en “La Pared”, y construyó un aeródromo de tierra en la Punta de Jandía. La Urbanización fue construida y es propiedad de sus herederos a día de hoy, aunque estos han vendido una parte de “Handía” a “Lopesan” una empresa hotelera de triste recuerdo de Gran Canaria.

Y he aquí que el hijo del Nazi conserva su Propiedad, “Riu-Hoteles” es propietaria de la “Isla de Lobos” y sólo puedo llorar en la ruina de la casa de mi bisabuela Quiteria…

De la viuda tuareg que escupió sobre Betancuria.

En 1404, a cuatro años de su llegada a espada y fuego, Gadifer de la Salle y Jean de Bethencourt, dos mercenarios normandos a sueldo de Enrique III de Castilla apodado “el Fratricida de Trastámara”, y después de someter Lanzarote con traición y asesinato fundaron “Betancuria” sobre las ruinas de un importante poblado de los Mahos.

La “ciudad” se convirtió pronto en residencia de los Señores y las Autoridades civiles y religiosas.

La viuda Tuareg nació en Tenerife, de familia de Mahos y después de recorrer el Imperio de Pedro I de Brasil y visitar el Souss-Draá enfrente a Lanzarote, vio el valle.

Cuentan que «por ser “de bruma” estaba poblado de cedros, acebuches y pinos».

Se enfureció la viuda al contemplar como convirtieron en polvo aquel valle próspero mientras dos guaguas llenas de turistas españoles se paraban en aquel mirador, bajando para contemplar la vista.

Ella les gritó a todo pulmón como sus antepasados habían desertizado un valle antaño pleno de verdor y arrasado todo. Vio la urgencia de la guía turística en meterlos de nuevo en los vehículos ante el terror por la violencia con que discursaba ella, mostrando la barba tatuada de su marido muerto lo que la hacía intocable según la costumbre de su pueblo.

Se acercó a la mujer-guía y esta le dijo “que aquello no se puede hacer, que había arruinado su trabajo de dos días y que ella, también era canaria”…

Le pidió unas disculpas falsas, y se notaba dibujada la satisfacción de una guerrera en su rostro, y sonrió cuando se cerraron las puertas con bufidos hidráulicos, de dragones vencidos y se marcharon.

Este mismo argumento se usa desde una institución autonómica del Reino de España para “salvar los puestos de trabajo de las familias de trabajadores” de un hotel erigido en pleno paisaje protegido, en plenas “Dunas de Corralejo”, que obtuvo la “concesión” durante la Dictadura asesina de Franco.

Nada, desde Enrique III de Trastámara hubiera sido posible en estas islas sin la traición y complicidad de los habitantes originarios de Canarias.

Descendió el valle hasta Betancuria y avistó las ruinas de un convento de franciscanos, de San Buenaventura.

Lo vio arrasado, sin techumbre sólo arcos que formaban ángulos imposibles con el azul africano del cielo, hornacinas de santos vacías parecían hacer muecas de fracaso desde las paredes desconchadas por la intemperie y contempló como la techumbre de una iglesia abandonada parecía imitar las montañas peladas de vegetación que había dejado la “Conquista”.

Escupió en el suelo y se marchó llena de su propia alma.

Con todo mi amor para mi querida amiga y hermana Salomé, que sé que adora a la Viuda Tuareg.

“Canariedad”: uso, abuso y manoseo.

Comienza cada mes de Mayo a aparecer este palabro por todos lados: la “canariedad”.

Los criollos de derechas lo asocian a reproducir el folclore de los colonos europeos. “Polkas, mazurcas” y demás jolgorio centroeuropeo en versión mediterranoide, en el Atlántico subtropical, a 60 millas náuticas del Sáhara Occidental que es dónde se sitúa Canarias.

 El folclore es útil hasta a las Dictaduras totalitarias.

Entonces te llega una señora de origen canario que se siente maltratada por su propia tierra (quién no lo está, que hable ya) y te dice que “con la africanidad de Canarias te estás apropiando culturalmente, que tú no eres negra ni te cortan el clítoris, ni eres musulmana ni llevas burka” (oh cielos, Afganistán está en África, menos mal que vino la señora esta) y termina aderezándolo con “yo tengo una amiga negra, lesbiana” mientras habla con acento de Madrid (una enfermedad rara adquirida en mor de obtener el privilegio de ser la nueva Galdós). Te dice que “la cultura de Canarias es “Crónicas Marcianas” y te quedas atónita.

Pasan tres o cuatro docenas de yogures y unos cuantos millones de turistas, y te viene una profesora madrileña y te dice que “a sus alumnos les explica la “canariedad” (ella, con una S y unas C y Z imposibles de pronunciar) con expresiones como ya el conejo me riscó la perra, y la diferencia entre roscas y cotufas”.

Y harta ya, le esputas a la cara, animada “lo que tú haces se llama apropiación cultural” y te quedas más ancha que larga.

Aquí parece que todo el mundo se ve en la obligación de explicarse, justificarse o añadir/corregir lo que somos/estamos las canarias, máxime cuando se acerca el aniversario de que nos espetaran dos perros en la bandera.

Si hay algo que celebramos las canarias, poco la verdad, es nuestro enorme mestizaje que nos hace únicas.

Residuos “ultra periféricos de Europa”, echándole tierra a los ojos del África Romana Imperial, a Juba II casado con la hija de Cleopatra Selene, abordadas diariamente por el manoseo de nuestro territorio, recursos, vidas y haciendas por una piratería sin fin.

Cada una en su barranco, en su isla sea “menor” o “mayor” siendo una mistura única, que por sí misma enriquece a cualquier cultura.

Y hete aquí, que la “cultura” es algo Capitalista y reproduce los gustos de las Élites, o es “folclore”…

Y si no, no es Cultura, es “invasión, reconquista o ¡genes musulmanes!”

Me acuerdo de un pobre señor que se había recorrido a pie todos los barrancos de Tenerife, porque había descubierto unos espacios “litofónicos” en los que los pobladores indígenas hacían resonar con grandes troncos de tea en cuevas como expresión de su cultura.

La “profesora” invitada a la presentación de su libro habló sobre “la influencia del barroco de Flandes en la imaginería religiosa de La Palma” para acabar sentenciando que “los antiguos canarios sólo hacían una “cosa” cultural: las mujeres golpeaban una roca contra otra y los hombres golpeaban el suelo con un pie”. “El Tajaraste”, sentenció.

Agotada ya de tanto golpe me limité a explicarle a esta “profesora” que “la ciencia demuestra que somos una extensión de la civilización líbico-berebere”, heredera nada menos que del antiguo Egipto constructor de Pirámides y se ofuscó (otra más).

Tal manoseo de identidades, el uso y abuso, no nos deja otra opción que dividirnos entre mestizas orgullosas y ofuscadas, las primeras con estrellas verdes y las segundas con los perros de la bandera.

“Élites criollas y población indígena.” De la formación de la sociedad de Canarias a la sociedad actual.

Dintel y vigas de madera de techumbre en uinas, Tuineje

Con la llegada de Jean de Bethencourt en 1400, con carta de Señor de todo lo que conquistase, dados por Enrique III de Castilla, se establece una incipiente élite conquistadora que culmina con la cesión de los derechos de Señorío por parte de Inés Peraza a la Corona, pero sólo de las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, aún sin conquistar.

Su padre y su hermano habían comenzado la venta de la población indígena como esclava en mercados de Barcelona, Sevilla e incluso a mercados europeos, mezclando a señores con gente de la nobleza indígena por medio del matrimonio para acuñar un mestizaje de control.

Por esta suerte de cambio en la sociedad anterior a su llegada, se les robaron tierras, ganados y aguas, hasta ese entonces comunales, dado el carácter agrícola y pastoril de la estructura social indígena.

En 1497 finaliza la conquista de La Palma, y se continúa esclavizando y robando tierras, ganados y aguas a la población indígena, esta vez bajo la supervisión de Adelantados de la Corona de Castilla.

A su vez se continúa casando a las mujeres indígenas con señores venidos de Castilla, las hijas de reyes y “nobleza” locales, imprimiendo a la sociedad un carácter marcadamente criollo, como se denominó más tarde a la sociedad que logró la independencia de España en América Latina.

Mientras, las camadas más pobres de la sociedad indígena huyeron a los terrenos más altos, que ni siquiera estaban explorados por los Conquistadores, y se dio una suerte de intercambio social entre las dos culturas con el paso de los años, y el aprendizaje del castellano por parte de las gentes naturales de Canarias.

Se creó así una fisura entre la élite criolla y los empobrecidos indígenas de las capas más bajas de la sociedad original, dividiéndose en dos y hasta en tres con la entrada en acción de colonos de Castilla y Portugal que se fueron asentando en las islas.

La Lengua original desaparece por completo.

Se establecen así una suerte de parámetros económico-sociales que perduran hasta la Canarias de hoy.

La diferencia entre las “islas de señorío” y «las islas de realengo” crearon estructuras ora de señorío feudal, ora de nobleza y aparato del estado de la Corona, que confieren dos velocidades de desarrollo económico y social dependiendo de qué estructura fuese la predominante.

La Iglesia por supuesto forma parte del aparato colonizador y se hace con gran número de conventos, iglesias y propiedades hasta la Desamortización de Mendizábal, interviniendo directamente en la evangelización del sustrato más pobre de la sociedad indígena, su aculturación y la enseñanza.

La población canaria que vive el nacionalismo y las ansias de liberarse de España se exilia a América durante el siglo XIX y XX, resultando en un movimiento de escaso arraigo en el archipiélago, hasta la década de los 70.

Todo este preámbulo era necesario para entender por qué se da en Canarias, en pleno siglo XXI, la supervivencia de la misma “élite criolla” devenida en sustrato social alto, con fuerte presencia en la política, y en la cima de una pirámide social con una base muy ancha y con esta cúspide “criolla” en el punto superior.

El sustrato de población más pobre conformada por indígenas que se han mezclado con migrantes de todo tipo durante 500 años, es situado en la marginalidad, las periferias económicas ya en los años 50, 60 y 70 del siglo XX, con una terrible intervención de la Dictadura de Franco.

Con una política de vivienda social en la dictadura se crean “barriadas populares” que en los 80 y 90 devienen guetos con gran presencia de drogas, implantadas para eliminar de raíz el conflicto originado en los 70 por Antonio Cubillo, el fenómeno del Independentismo y unas ansias de liberación de la población, que “se siente diferente” y busca una identidad.

Se sorprenderían ustedes al saber que los altos cargos de la administración, presidencias de gabinetes literarios y demás instituciones de las islas, tengan los mismos apellidos de los Conquistadores, mientras los “refugiados” de las barriadas populares sustentan las esquinas de los edificios de bloques de los “casas baratas”.

En los campos siguen los Latifundios, véase el caso del «Conde de la Vega Grande», la venta de sus terrenos al Estado para construir el Centro Penitenciario de «Juan Grande», mientras el Conde, recientemente fallecido y al que hereda su hijo emparentado con los Benitez de Lugo, descendientes del «Adelantado de la Corona desde 1478», sostiene un litigio con sus antiguos aparceros «para desalojarlos de unas cuarterías que han pagado alquiler y han realizado obras de mejora con sus propios dineros», en Gran Canaria.

Hay una muy alta tasa de funcionariado venido directamente de la metrópoli, al recibir pluses de salario “por desplazamiento”, lo que se ha ido disminuyendo con la instalación del aparato autonómico, que sirve a una red clientelar u otra, dependiendo de en qué lado caiga el gobierno.

Las instituciones culturales han sido diseñadas para las “élites” y se ha creado un movimiento de exclusión de las clases más pobres, que se refugian en “el carnaval” y otro tipo de eventos dirigidos especialmente a este sustrato.

Se dan en Canarias unos barrios de autoconstrucción, populares y los antes citados de protección oficial, con vocación de favela latinoamericana, pero sin la conciencia de clase necesaria para convertirse en algo reivindicativo, que el gobierno planea desactivar con la “Renta Básica” y otras medidas con el objetivo de reducir la futura conflictividad en una región que tiene un 40% de pobreza y los peores resultados en Educación del Estado.

 

Notas:

Fotografía original de la autora, «Casa en ruinas, Tuineje-Fuerteventura».

Inés Peraza

https://es.wikipedia.org/wiki/In%C3%A9s_Peraza

Marquesado de Lanzarote

https://es.wikipedia.org/wiki/Marquesado_de_Lanzarote

Desamortización española

https://es.wikipedia.org/wiki/Desamortizaci%C3%B3n_espa%C3%B1ola

Aparceros del conde en el siglo XX; desahuciados por el conde en el XXI.

https://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/desahucio-conde-desalojo-tomateros-aparceros-Gran_Canaria-nobleza_0_659684250.html

Orígenes de la Propiedad en la Península de Jandía.

Juan Pedro Martin Lutzardo

https://www.todostuslibros.com/libros/origenes-de-la-propiedad-en-la-peninsula-de-jandia_978-84-607-7725-0

ARQUEOLOGÍA PARA TURISTAS.

Sabin Berthelot 2

Observo con preocupación cómo, desde hace bastante tiempo la excavación e investigación arqueológica del Patrimonio Pre-Hispánico en Canarias, se pone al servicio de la industria turística.

Sin el más mínimo rubor se extiende la idea de que inscripciones litográficas, cuevas rituales y lugares que han permanecido abandonados desde la década de 1970, se pongan al servicio de “ser visitadas por turistas, previo pago de entrada”, en detrimento de Museos de mucho prestigio, completamente abandonados, y hasta sometidos a expedientes de regulación de empleo, edificios ruinosos y condiciones lamentables para las colecciones.
Durante la historia de la arqueología llevada a cabo en Canarias se primó el estudio de momias huesos y cráneos en función de encontrar un eslabón que justificase la “pureza” de los primeros habitantes de Europa.
Se dejaron de lado esculturas, instrumentos rituales y religiosos y hubo una obsesión por las “momias” que fueron rescatadas de formar parte del abono agrícola de campos, caso del “Agadir de Valerón” en Gran Canaria.
El Patrimonio arqueológico ha sido totalmente, o en su mayor parte expoliado, por carecer de la Catalogación correspondiente a las Instituciones Universitarias, la Dictadura y su política de desprecio por la Cultura.
Se vuelve a encender la mecha con el hallazgo de la “Piedra Zanata” que fue la pieza clave para descifrar que alfabeto, y por tanto a qué cultura pertenecían las poblaciones pre-hispánicas de Canarias.
Se execró al descubridor de la pieza, comprada por el Gobierno de Canarias, y se le humilló profesionalmente, para toparnos hoy día con que la propia Institución que despreció esta vía de identificación, se la apropia, redunda en un trabajo ya hecho, para situar a los aborígenes canarios en las poblaciones romanizadas de la Libia antigua, con una cultura y población amazigh o mazígia, hecho constatado hace décadas con la pieza antes señalada.
Estaciones litográficas como Zonzamas, Lanzarote o Barranco del Cavadero, Fuerteventura o la mismísima Tindaya, que llevan esperando desde 1970 a ser catalogadas, son “aceptadas como letras” en 1983, y según noticia aparecida en “Canarias Ahora” el día 18 de Noviembre de 2017, “En dos años debe concluirse el estudio y habilitar una de las estaciones rupestres de Lanzarote para la visita pública”, para continuar a lo largo del cuerpo del artículo alabando el atractivo turístico de tales piezas patrimoniales que conforman la Historia de Canarias como “oferta de producto turístico”.
Tales afirmaciones las hace la Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote, y el estudio es el resultado de convenio con los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura, que se disponen a mercadear el Patrimonio para fines muy poco culturales, al menos para la población canaria, dado que se dirige al turismo.
El propio Museo Canario, situado en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, no posee en la actualidad unas instalaciones dignas donde exponer su inmenso acervo almacenado en más de cien años de actividad, siendo el primer Museo dedicado al estudio del legado Pre-Hispánico, y se le ha dado una opción muy poco ortodoxa, por llamarla de alguna manera, para obtener los fondos destinados a adquirir nuevas instalaciones.
El Museo de la Ciencia y del Hombre radicado en Tenerife, posee instalaciones adecuadas pero una colección más pequeña, y parece que, más dedicada a las visitas escolares y la pedagogía.
En la isla de La Palma, recientemente se abre un Museo con más de quinientas piezas expoliadas por la misma persona, que ahora las “ha donado”.
Dejando de lado este asunto tan farragoso, no se han realizado apenas estudios serios acerca de la vida, uso y cultura de los habitantes de Canarias en la época anterior a la Conquista española.
Se ha ignorado sistemáticamente esta inmensa riqueza patrimonial, se ha construido encima, se han construido hace muy pocos años, depuradoras de aguas ante hallazgos prehistóricos en municipios como La Oliva, Fuerteventura, y en definitiva se ha maltratado la Historia y el Legado Patrimonial de Canarias, que se pone esta vez en relieve, en función del rédito económico que puede derivarse de “ser visitado por turistas”, tildándolo de “oferta de producto turístico”, lo que me parece aberrante.
Seguirán mudas pues, terracotas, calificadas como “ídolos”, piezas que aún ni se ha logrado identificar en toda su valía y que se explican en base a suposiciones, cuando no a teorías disparatadas.
Se ignorará una vez más el culto a la Feminidad, parece no ser atractivo turísticamente, y seguirá la Ciudadanía de Canarias asistiendo como testigo mudo del despojo de su Patrimonio Histórico, ante la falta de miras de las Universidades de Canarias, que entretienen al alumnado excavando Iglesias en busca de botones y cerámicas de épocas posteriores, sin ser finalizada la Catalogación de los Bienes Pre-Hispánicos, que serán usados como despojos, cuasi botín de guerra, que mostrar a un Turismo de sol y playa.

"HOSPITALES DE DISEÑO"

 

“Canarias, Hospital de diseño”.
Por Farah Azcona Cubas. @FarahCubas

Vaciados de profesionales de la Sanidad, por más de una década de recortes feroces, los hospitales públicos del “Sistema Canario de Salud” (SCS), agonizan.

La isla de Tenerife contaba con dos grandes hospitales de referencia que eran el orgullo de pacientes y profesionales del área. No era “Shangrylá”.

El nefasto ejercicio como Consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, la actual Delegada del Gobierno en Canarias Mercedes Roldós (Partido Popular), vació de contenido, medios económicos y personal al “Hospital Universitario de Canarias” (H.U.C.) para dejarlo en un semi-ambulatorio, a nivel gestión y dotación.

El  H.U.C. ha sido a lo largo de la historia de Canarias, referente de modernidad en materia de trasplantes, y aún hoy trata a pacientes de todo el archipiélago, poblado por 2.144.648 personas.

Se desplazan los pacientes, vía aérea o marítima, con cargo al erario público, por el nulo desarrollo de los hospitales insulares de las llamadas “islas menores”, hacia las “islas capitalinas”.

Con la apertura del “Edificio de Actividades Ambulatorias”, año 2010, e inaugurado hasta en cuatro ocasiones, con claros fines electorales aunque vacío de mobiliario… Presidente del Cabildo de Tenerife, Presidente del Gobierno Autónomo fueron a fotografiarse y llevaron su televisión autonómica. Este evento, significó la decadencia total del H.U.C. como Hospital, trasladándose la mayoría de las partidas económicas al “Hospital Nuestra Señora de la Candelaria”, al que se le dotó de la “U” de universitario con éste fin.

 

Las plantillas pasaron mucha fatiga, al adaptarse a los recortes y al nuevo edificio desde 2009, relegando al “Laboratorio Central” que contaba con un anexo de “Hematología”, a un laboratorio dotado actualmente con menos de 10 diplomadas/dos en enfermería para extracciones de sangre, por ejemplo, cuando, según cita el propio personal, “la carga de trabajo no ha parado de crecer dado el aumento progresivo de la población de las islas”. La carga poblacional de 2015-16 fue de 16.878 habitantes en el último año, en el que la población fue de 2.127.770 personas.

 Al inaugurarse el nuevo edificio los pacientes debían esperar en pie hasta su turno de extracción, en el hall, dónde se han instalado sillas con posterioridad.

Hasta hace un año, la camilla para extracciones del “Laboratorio Central” estaba en un pasillo, al lado de una papelera para basuras, pudiendo usted saludar a señores con corbata que transitaban el corredor mientras le extraían la sangre públicamente, violando toda intimidad garantizada por el “Estatuto del Paciente”.

El modelo de “Interconsulta” para pacientes crónicos has sido modificado, por comarcas, derivando especialidades al “H.U. Ntra. Sra. de la Candelaria”, despojando de este modo al H.U.C. de fondos y profesionales, obligándoles incluso a compartir aparatos de diagnóstico que según declara el personal médico, “nunca vuelven”.
La situación del personal sanitario en Canarias en 2015 era la siguiente:

 

Edificio acristalado, colores de diseño nacionalista, ascensores que hoy día funcionan mal, sustituyen a un antes Hospital dotado, dónde se despilfarró mucho dinero mientras el titular era el “Cabildo de Tenerife” para después pasar a la titularidad del SCS con el traspaso de competencias desde el Estado Central.

Hospitales del Norte y Sur.

Se ha fraguado en esta década, con empresas constructoras privadas, la inauguración con fines electoralistas de dos hospitales comarcales, que venían siendo reclamados por la población.

Dos hospitales más, ejerciendo el desastre como política sanitaria en una isla, con menos de 200 km. de distancia a los Hospitales de referencia sitos en el área Metropolitana de Santa Cruz de Tenerife-La Laguna.

Ha habido retrasos en las obras, sobrecostes, con titulares en los medios, y enfrentamientos entre Gobierno Autónomo y Constructores (Sacyr) para acabar con unas instalaciones infradotadas y que llevaron a la ruptura del Pacto de Gobierno entre Coalición Canaria y P.S.O.E-C, después de que el ex Consejero socialista declarase a los medios que el Presidente de Canarias le ordenó “cerrar el hospital del sur, porque no había más dinero”.

Se espera que en el futuro, estos hospitales puedan absorber parte de la carga poblacional de las tres islas llamadas “menores”, La Palma, Gomera y Hierro, relegadas a una “doble insularidad sanitaria”, dentro de una sola provincia.

Deberá esperar décadas de mal uso de fondos públicos para la gestión de su salud. Décadas de enfrentamientos entre fuerzas políticas que tal parecen pequeños virreinatos insulares, que cambian su apoyo al Gobierno Autonómico por contraprestaciones insulares. Una sanidad clientelar, de diseño, para la que ha sido nombrado recientemente al Presidente de la Patronal de la Sanidad Privada como Consejero de Sanidad del Gobierno Autonómico.

 

“Volando”.

El día amaneció feo, encapotado de nubes y lluvia horizontal, al modo canario, con los vientos “Alisios” parados encima de la Cordillera.
Llegó al aeropuerto y vio en las pantallas su vuelo amenazado, por las nubes, muy bajas, cuasi niebla y la lluvia fina.

Tomó café, fumó, y comenzaron a volar los aviones.

La hicieron descalzarse, despojarse de joyas, cinturón y chilaba de punto, con foulard a modo de “hiyab”.
En la bandeja de plástico fueron cayendo gafas de sol rosas, bolsa de viaje de plástico y bolsa de mano, color granate.
Quedó con vaquero, al cual era adicta, y camiseta verde-azulado.

Los pasajeros y el personal del aeropuerto la miraban.
Tal vez por exótica.
Tal vez por racismo, o por sus altos tacones italianos, o su chilaba de punto rosa…
Aterrizó y visitó el Museo, objeto de su viaje. 
Leyó “Hombre Capciense” y “Hombre de Metcha-El-Arbi” al referirse a homínidos, y pensó como desaparecían las mujeres desde la Pre-historia…
Contempló figuras de terracota, femeninas en su gran mayoría, y admiró el culto a la fecundidad, representado por vaginas en madera, piedra, pared de cueva o figura.

Una vez finalizó su visita, comenzó a hablar, informante clave de su investigación, mujer de mediana edad, canaria, simpática y agradable. Sufrió un ERE durante casi un año.
Hablaron sobre el estado actual del Museo, uno de los más antiguos de Canarias, si no el más antiguo.
La necesidad de un espacio renovado, con obra parada, los recursos y partidas económicas, ¡cielos!
Siempre aquellas dos palabras entre la Cultura y la Democracia, como dos piedras de gran tonelaje.

Almorzó frente a las olas del Norte de la ciudad.
Paseó las calles del pasado, antaño concurridas por la marinería y los múltiples idiomas del Puerto.
Oasis de Mauritania, lleno de telas de preciosos estampados y colores.
Cogió la guagua, de color amarillo canario, y escuchó la conversación majorera, Pájara y La Oliva. Qué pequeño es Canarias.
La ciudad se le antojaba enorme, rica y algo más arbolada que antaño.
Se refrescó sentada en un quiosco de estilo “modernista”, rodeado de palmeras washingtónias, terraza con calor muy fuerte, húmedo y contundente, casi brasileño.

No.

Estaba en África, aquella, la atlántica que repudió a Galdós.
Se percibía la presencia doblemente Colonial, de Europa y de la opresión criolla.
Las gentes agotadas por el “Periodo Especial”, inaugurado por Zapatero, la miraban, extenuadas.
Trabajaban por una misérrima cantidad, tal pareciera la maldición de una novela galdosiana.
Imaginó el arenal del istmo, que existió hasta los años treinta, devorado ahora por infames rascacielos de una ciudad norteafricana, oprimida y opresora.
La visión de un mendigo durmiendo a pleno sol de mediodía en una plaza, tumbado en el suelo negruzco, como su ropa y cabellos. A su derecha unas letras grandes, esculpidas en relieve, rezaban el nombre de la ciudad.

Infame, hubiese escrito ella.

Una voz cantando en la radio, en inglés de superventas, “locura”, entristecía la tarde de pesado calor.
Una mujer de zapatos ridículamente plateados, que centellearon al tórrido sol, se cruzó con un hombre-remedo de vestido antiguo canario.
Las gentes transitaban. Hablaban desde sus teléfonos móviles. Turistas despistados la miraban, sin saber dónde estaban.
Confundidos por su extraña identidad árabe, de marcado carácter, atuendo y andares… Colores.


Fotografía: «Vista aérea de Las Canteras» Archivo Fotográfico-Cabildo de Gran Canaria.