Guerreras, Chamanas y Travestis.

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El antropólogo español Alberto Cardín, escribió un ensayo titulado “Guerreros, Chamanes y Travestis”, haciendo una aproximación científica a “…las culturas que denominaba “Exóticos”, por no haber tenido contacto con la civilización occidental y no estar contaminadas por su moral….”

Nos ilustra sobre prácticas milenarias en la que los Guerreros debían pasar por experiencias homosexuales para iniciarse como tales, antes de ir a la Batalla.
De las experiencias de Chamanes que se veían a sí mismos como pertenecientes al sexo opuesto, o quienes simplemente por haber nacido con esa naturaleza eran considerados como tales por el resto de la Tribu.

Los “Grupos exóticos” se consideran la gente, con carácter exclusivo. Por eso en cualquier lengua indígena se nombran a sí mismos como “La Gente”.

Cardín advierte de que el relato “etnográfico” de la vida de los “exóticos”, no hace más que mostrarnos realidades lejanas a la sociedad occidental de consumo, y del Capitalismo.

Nos muestra como lejos de este mundo de “seres válidos” o “inválidos” para la reproducción del Sistema Capitalista, sí abandonamos esa «pretendida ingenuidad conservadora» que dice que “no son gente como dios manda”, existen desde hace miles de años realidades sexuales alejadas del paradigma-constructo socio-sexual de Occidente, unívoco llamado “heterosexualidad”.

La “moda antropológica” de una sociedad, o lo tenido como norma de etiquetado de los seres que la componen, sus comportamientos, y sus aspectos, calificados como “negativos”, “invertidos” o “nefandos”, dependiendo de lo mojigata que fuera la sociedad o el tiempo que les tocara vivir, están dirigidos a segregar a quién no puede producir hijos, como futuros herederos y perpetuadores del propio sistema Capitalista.

De las religiones monoteístas, que proscriben “tales prácticas”, por tanto a tales personas, ha heredado la Sociedad Capitalista y Post-Capitalista este asunto que mezcla moral, reproducción de la especie y “miedo-tabú” a una identidad alternativa a la norma, que sugiera “la libertad sexual” de los individuos que la compongan para saltársela.

Es por tanto en nuestras sociedades, para nada “exóticas”, en las que surgen los conflictos con los homosexuales, las lesbianas, y las y los transexuales, sin entrar a detallar cada problemática de manera individual.
Pretender que una Ideología combativa tendente a una Revolución Social en pos de la Igualdad de los Seres como es el Feminismo, “comulgue” con los mismos aspectos religiosos, morales, reproductivos del Sistema Capitalista, sería trasnochado y cuando menos anacrónico. Un oxímoron.

Toda revolución implica un cambio de Paradigma Social y el Feminismo no será el que se libre.

Pretender formar una “tribu” dentro del Feminismo, que sólo acepte “hembras biológicas”, eludiendo así las opresiones y dificultades de las mujeres transexuales, resulta llamativo, dado el carácter de Igualdad de Género que persigue, como fin último, esta Revolución Feminista.

Cada parte de la sociedad deberá trabajar aspectos particulares para confluir en ese modelo social ideal a conseguir, libre de opresiones, de clase y de género.
Carecen de relevancia “catálogos de identidades”, un re-etiquetado sexual, occidental, plagado de apóstrofes como “Cís, Pan, y Asexual”, que poco encaje podrían tener en sociedades con otro paradigma como son África en su conjunto, o los países llamados arabo-islámicos, en los que estos decálogos carecen de realidad social, y de la suficiente profundidad para calar en sociedades que no viven inmersas en el Post-Capitalismo de manera real.

El Feminismo jamás ha coincidido con el puritanismo, (¿ o sí? ) un mal que ha combatido en pos de la Libertad Sexual en la década de los 70 en el siglo XX, incluyendo estas realidades alternas e identitarias, a las que ahora un pequeño grupo pretende negar y lanzar al abismo, de manera insultante, tachándolas de “represoras”, “protagonistas”, “violadores” y demás carnaza que todas conocemos.

Y sí, han leído bien, “carnaza” para que el Patriarcado vea, exultante como uno de sus postulados, esto es negar la condición de mujeres a las transexuales, intenta calar dentro del Feminismo como una Contra-Revolución, recién llegado de la Meca del Capitalismo: el mundo anglosajón.

Echen un vistazo a la Ley Transexual de Uruguay, al Sistema de Cupos para la Comunidad Trans en Argentina, y verán que otros modelos ya funcionan, de manera inclusiva, no sin fricciones. Nadie dijo que la Revolución Feminista era el Paraíso.

Sí, es hora de desterrar esa ideología cursi y romántica “del mundo ideal” y ponernos codo con codo a derribar todas las opresiones.
Ese lenguaje agresivo que clama por “las hembras biológicas” esgrimido como arma arrojadiza contra el Colectivo Transexual, y la respuesta a su vez agresiva de este, no tiene cabida en este tipo de Debate cuyo fin último es la Igualdad.
En la Igualdad no hay “bandos”, ni “piedras” que arrojarse ante “anatemas y blasfemias”, más morales que teóricas.

-“Guerreros, chamanes y travestís” Alberto Cardín.
https://www.boolino.es/es/libros-cuentos/guerreros-chamanes-y-travestis/

“Mujercitos” Susana Vargas. Editorial RM, México. La ilustración de este post es de esta publicación.
http://www.yaconic.com/los-mujercitos/

El hijo más bello de Çanakkale.

Joven durmiendo, miniatura de Levni, Museo del Palacio Topkapi.

Todo comenzó un mes antes.

Volverlo a ver significaba para ella un mar de incógnitas, pero esta vez, en un Océano de certidumbre.

Sus palabras ya no significaban nada para ella.
Su opinión no era tenida en cuenta.

Quizás ella había deseado verle para tener la certeza de que ni le amaba ni le había amado jamás.

Cuando él percibió la frialdad y la altura de la mujer, se sintió minúsculo, insignificante. Miserable.

El placer fue real, para ambos. Nada más allá para ella.

Él fingió que estaban en igualdad de condiciones, hasta que exhibió todo su plumaje de celos, comparaciones y un último intento de abatirla, cual presa de su cacería.
No podía imaginar que ninguna de sus palabras, pensadas para herirla en lo más profundo, hacerle el mayor mal posible, no tenían ningún efecto en ella.

La juventud, el placer con otros hombres menos dañinos, y el gusto por la contemplación masculina que ella había desarrollado en ese año sin verse, lo dejaron fuera de combate.

Ni una sola de sus palabras fueron tenidas en cuenta, y al darse cuenta, arremetió contra ella desde la distancia que da el cyber-mundo.
Ella es real. Siempre lo ha sido, con la ayuda de pasar graves contratiempos, cánulas en sus venas para salvar la vida.

La frialdad de lo que realmente es importante en la vida la poseía. Temeraria, tenaz, poco preocupada por su aspecto. Ella prefería la palabra portuguesa “Destemida”, menos arrogante y que explicaba de manera excelente la ausencia de temor.
Su femineidad no es mañosa, no es artera. No se “produce” de manera artificial.
Él le recrimina precisamente eso.
Quizás ella le suscite mucho temor, ante lo débil de su identidad.

Conversa con una amiga sobre lo andrógino de sus posiciones. Una elección tanto vital como biológica.
Comieron juntas sentadas en una calle de la playa.
Un hombre en bañador, lleno de tatuajes se cruzó con una mujer de manto saharaui, contemplados por un músico callejero rumano, con un címbalo atado a su espalda.
Todos fingieron ignorarse, en un ejercicio brutal de post-colonialismo.

Las dos amigas estupefactas por la escena, acaban conversando con un indigente mexicano sobre el espacio público, la democracia y el derecho a transitarlo, ocuparlo y compartirlo.

Subir y bajar en un avión turbo-hélice, de los que se usan aquí para transitar de una isla a otra, le hizo bien.
A la vuelta se asoma a la pantalla, y allí está.
El hombre más bello de Çanakkale, deseándola.
Ella le desea también.

Ilustración: «Joven durmiendo», miniatura de Levni, Museo del Palacio Topkapi.

Kirkê. Circe. Κιρκη.

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Has derramado el vino sobre mi manto negro.
No sabes el agravio que le has hecho a la Vid.

¿Acaso tus manos y las de Telémaco no están manchadas de sangre?
¿Por qué si no rehúyes la mirada?
Tus ojos bajos, pidiendo ayuda, delatan la sangre en tus manos.
La Vid y el Sarmiento te aborrecen.
Tus palabras revelan que serás ánade, si no sabes libar a los Dioses.

Soy Kirkê, a la que llaman Bruja.
Sigo aquí, en esta isla de las Hespérides.

Sí, yo, la que salvé y enamoré a Ulises.
La que transformé a sus marineros en cerdos.
Sólo por amor a él, les devolví su forma humana.

Hoy vienes a pedir mi conjuro, mi libación para lavar tus manos regadas con sangre.
Y riegas mi manto con vino, en tu torpe proceder.
No sabes cuánto te maldecirán la Vid y sus Sarmientos.

Mi nombre viene de los aros de plata que recubren mis pulsos.

Kirkoó.

Mis aros tintinean mientras estudio la forma de salvarte.

No tendrás siervo ni sierva que te asistan.
Seré una sola con Telémaco.
Madre e hijo, tú Penélope.
La del hilo mágico, vienes pidiendo magia.

Pides ciertamente lo imposible.
No es la magia quién te sanará y devolverá alegría a tus días.
Sólo el perdón de la Vid y el Sarmiento te darán la serenidad, que de mis aros solicitas.

Te daré como esposo a quién mató a tu Rey.
Era su padre, y por eso los Dioses abominan aún más de su crimen.
Podrás así volver su vida retorcida, cual sarmiento, o dulce como la uva de la Vid.

En tu mano quedará, él, y su futuro.
Su futuro es tu futuro.
¿Y vienes a pedir Magia?

Carnavalizar…

 

 

 

Esta será la única opción que nos deje la Cretinocracia.

Consumir, el único Derecho garantizado.

Carnaval, la única manifestación popular admitida.
Tribunales, ejércitos de policías de variados nombres y uniformes, nos impedirán hablar.

Ya lo hacen.

El Carnaval es alegre.
Chabacano.
Sórdido.

Quien conoce Brasil sabe, que después de que la muchedumbre baile por horas y horas, queda un rosario de violaciones, torturas y asesinatos.
Cuentas desgajadas y ensangrentadas por una fiesta que muda su calendario en función de la Cuaresma.

Acaba el Miércoles de Ceniza.
La Ceniza, símbolo de luto en la cultura judía, es la clave con la que pasar el resto del Año.

¿Besó usted al Soldado de Plomo polaco?
Muy bien.

¿Bailó con Pierrot y Colombina, la pastora?
Muy bien.

¿Votó usted en las últimas Elecciones?
Muy bien.

El jueves posterior, vuelva usted a la esclavitud diaria.
Sólo seis días de Carne.
El resto del año, ceniza.
Bienvenido al Fallo Humano. Es la norma.

De la muchacha del Loutar, el ego y la tribu.

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Este es un aviso para tu Ego.
Sí, ese que finges no tener.

Tú, la Generosidad hecha persona.
No eres Racista.
No eres Negra.
No eres Árabe.
Ni siquiera eres Mujer.
No eres Hombre.
Tu generosidad es tan grande que has abolido todo.

 

Te va muy bien en tu aldea del Neolítico.
Te comunicas sólo con ciento cincuenta personas de tu alrededor.
Más o menos.

Crees ser cosmopolita.
Hablas inglés, francés.
Lees en italiano.
Escuchas en árabe.
Piensas sólo en ti.
Cantas cosas que no entiendes.
Estás en tu Tribu.
Bienvenido seas, esta es tu tierra.
La de tus antepasados.

 

Los Espíritus habitan los barcos, trenes y aviones que frecuentas.
Te hablan.
Te ofrecen signos.
Vienen a olerte.
Te perfuman.
No los ves ni los percibes.

 

Una bandera discutió con otra bandera.
Un hombre discutió con una mujer.
Israel no discute.
Aplasta a Palestina.

El Muro desunió los Estados.
Mexicas, toltecas y náhuatl.

La Peste de la Civilización te llenó de bubones la mente.

Padeces la Fiebre Negra.
La que calcina el cerebro de tanto calor.

No habrá piedad para tus huesos.
Ningún antepasado te reconoce.
Hace muchas generaciones que no te comunicas con ellos.
La muchacha del Loutar entona su melodía.
Ha nacido para eso.
¿Para qué has nacido tú?
¿Puedes entonar acaso una melodía como la suya?
Apenas tiene doce años.
La muchacha del Loutar.

 

 

El son de sus cuerdas te despelleja.
El alma del Loutar te descoyunta los huesos.
La lentitud de su ritmo te exaspera.
El frenesí de su final hace que tus cabellos se caigan.

 

 

¿Tienes acaso un hermoso manto como el suyo?
¿Posees alguna de sus joyas de majestuosa plata?
¿Tu entrecejo está adornado con algún tatuaje que te guíe?
¿Enmudecen los espíritus al ver tu barbilla tatuada?

 

 

A la muchacha la acompaña una vieja.
Con gran turbante, adornado con cuentas y fíbulas a modo de pendiente.
Canta con voz de tronco de mimosa, herido por el sol.
Las vi en una fogata.

 

De las que se hacen para ver las estrellas y admirar la belleza.

 

La luz mortecina, bamboleante de las llamas, las hacía más hermosas.

 

Las acompañaba una tercera.
La del manto de lana rojo.
Gruesas fíbulas de plata agarraban el grueso manto a su túnica.

 

Vinieron a hablarme.
De ti y tu enfermedad.
Del Ego con que te vendes, maltratas,
y urdes contra otros.

 

Hablaban en sus cantos.
Del mal amor que me diste.
Como se tiran unas migajas a un perro.
Del desprecio de tus palabras.
De eso hablaban sus cantos.
Sus voces bajas se perdían en la llanura inmensa.
Sólo las acompañaba un bendir de madera y pellejo.
Y el crepitar de la leña, ardiendo.
Como tu Ego.

 

 
Loutar.
El Loutar : Instrumento con 3 cuerdas desplumadas, guembri familiar, cuerdas de nylon, utilizadas en música Amazigh
Bendir.
Instrumento de percusión, formado por una delgada tira de madera sobre la que se estira por un lado una piel de cabra. Una variante tiene aberturas en el costado de las arandelas de cobre: el alquitrán

 

De libros y dromedarios.

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Decidí aceptar mi pureza.

Por eso abandoné una casa construida de la nada, dónde me levanté sola con mucho esfuerzo, para abrazar las noches del cielo estrellado, allá en el Desierto.

Todo salió mal.
Al llegar los amigos habían partido, y la casa, encargada de recibirnos a mí y a la Loba Habiba, se resumía a una caja de escalera robada a una casa anterior y convertida en mini-zulo.

Cuando cocinabas debías subir la escalera para ir al baño. Cuando dormías debías descender un piso para beber agua.

Mis vecinas eran unas mujeres saharauis jóvenes.

Se les llenó el corazón de alegría cuando desde mi casa-mini-zulo-caja-de-escalera, salía la voz rugiente de Mariem Hassan, animando al combate con una llamada en hassanía que decía “Haiyu”.

Me sentí triste al abandonar el zulo, lugar de mi llegada, más por ellas que por mí.
Un amigo me ayudó con su furgoneta a mudarme, y ellas al despedirme me preguntaban, ¿Pero cómo te casas con un hombre tan viejo?

No me casé, y dejé de tenerlo como amigo al contemplar su brote de esquizofrenia, que no acababa nunca.
No volvimos a hablarnos.
Cuando él atropelló un cuervo que nos salió al paso, volando.

Yo aterrorizada ante su esquizofrenia y los augurios del pájaro muerto en mi camino.

Fui a vivir en la llanura pedregosa, rodeada de cabras y mujeres, aislada del mundo.
Daba largas caminatas en compañía de la Loba fiel, visitando troncos de árboles martirizados por el sol fortísimo a aquella altura media.
Arenales que antes fueron cauces de barrancos, donde un día la gente lavó la ropa y cargó agua dulce de lluvia para su casa.

Puedo hablar con distancia de aquellos días tan duros, en los que la vida me ofreció tomar partido.

O tomaba partido por la pureza de mi alma y mi vida, o me dejaba malear por aquella sociedad, dura, hostil, que me recibía titubeante.

De nuevo.

Los libros, llevados por mí a aquellos páramos resecos o cedidos por la Biblioteca Pública, fueron mi compañía, mi amor y mi todo.

Desistí del Amor del viento, la locura y las plumas de cuervo que volaron delante de mi cara.

Y tropecé con lo más hermoso que he contemplado en mi vida.
Primero fueron las crías de las cabras, de color negro azabache, muy brillante, que la Loba descubrió en un corral pequeño cercano a la casa. Aquí las llamamos baifas.

Me fui aventurando sola a recorrer cada vez distancias más largas, sola, sin poder llevar a la Loba delante, guiando mis pasos, hasta nuevos tesoros.

Tropecé así de la mano de la acogedora Malika, con una dromedaria y su cría, a la que llaman güelfo.

Malika fue una entrañable compañera de soledades compartidas. Vendedora de collares hechos con corteza de limón, babuchas, anillos. Mujer de risa amplia, caderas generosas y franco abrazo.

Contemplar la vida de los animales, me acercó a lo más puro y hondo de mi alma. Algo atesorado desde la infancia.

Se volvieron realidad, así, algunos sueños de mi niñez, pasada en aquel Desierto familiar, con cabras, dromedarios y libros.
Estudié su anatomía y su vida.

Incorporé la fisiología de una dromedaria y consumí más libros en un año, saciando un periodo de sed prolongado, el de los ocho años anteriores.

Pensaba en construir un ideario.

Mi futuro.

Mistura de animal, libro y mujer de amplios y coloridos ropajes.

Me transporté a mi propio tiempo.

Privado.

Mi calendario y mi hora.

Sin muecines, rak´as, misas, ni turbante.

Rumié ultrajes pasados, cual cabra voraz.

Vi actores ambulantes, de estrambótico vestuario, en aquel pueblo polvoriento.

El mar cimbreó mi cuerpo.
Remé hasta que mis brazos fueron muy fuertes, de nuevo.
Tomé el timón de mi vida de manera confiada.

Reí, lloré, y me desesperé, en mi amado desierto.

Rak´as.
https://www.webislam.com/glossary/raka_raka/

Muecín.
https://es.wikipedia.org/wiki/Almu%C3%A9dano

Mariem Hassan.

https://es.wikipedia.org/wiki/Mariem_Hassan

La soledad de las Mujeres.

Ruina de Volubiliss

 

 

Vivían, las mujeres, encerradas en sus casas, en aquella lúgubre ciudad vacía.

 

 

Refugio de aromas de inciensos, pinturas, libros y discos, conformaban el mobiliario necesario para agrandar su soledad.

 

 

Soledad.

 

 

Gatos y perros, pululan en la casa de las mujeres. Dormitan, sonríen.

 

 

No están tristes, las Mujeres.

 

 

Ya no.

 

 

Han comprendido que huir de la ciudad cruel, les ha devuelto la vida.

 

 

Lo comparten entre confidencias.

 

 

Nadie puede saberlo

 

 

Ya les han arruinado su pasaje por las calles, antaño fuente de alegrías y bullicio.

 

 

Puerto con aromas rusos, japoneses, coreanos.

 

 

Ya no está ni el olor a salitre.

 

 

Ha sido sustituido por olor a gasóleo y mar infectado.

 

 

Las amigas parten.
Se van.

 

 

Akis Kaurismakis nos dice que «Sólo hay esperanza si las mujeres se levantan y se rebelan. Sólo las Mujeres. Ellas son el Futuro».

 

 

El Futuro está cerrado, en casa. Hemos perdido las ganas de lidiar con batallas estúpidas sobre el sexismo de las imágenes, que nosotras mismas hemos resignificado.

 

 

Hemos tomado nuestros cuerpos desnudos para mostrar cuál es el Campo de Batalla.
Dónde está y que lo compone.

 

 

El agotamiento de un modelo me hace no querer escuchar más palabras.

Palavras, parole, paraulas, words, mots.

كلمات

 

 

Por eso me quedo, nos quedamos las mujeres, en Soledad.

 

 

Aún seguirán viniendo a decirnos que lideremos no sé qué revueltas.

 
Que ellos, sin nosotras no saben.

 
No pueden.

 

 

Ya no creo en nada.

 

 

Sólo en la Soledad.

 

 

Lavaré mis harapos.

 

 

Saldré a la calle obligada, dotada de un velo que me haga invisible.

 

 

Huiré de cualquier conversación que se convierta en una lid malaventurada.

 

 

Fingiré que no escucho los comentarios a mi paso.

 

 

Los que hacen a mi espalda.

¡Ay! Esos son los que me han traído mi bendita Soledad.

 

 

Tristes calaveras que serán, moviendo sus mandíbulas, me han hecho perder la Gracia.

 

 

Ayer partió la amiga, para no volver.

 

 

“¿Quién sabe si la pequeña Marilyn no nos marcó la ruta?”, pregunta Pasolini en “La Rabia”.

 

 

Akis Kaurismaki, entrevista:

 

 

I-Ching el libro de las Mutaciones. Hexagrama 12 “La Gracia”:
“La gracia, la belleza de la forma es necesaria para que toda unión sea armoniosa y amable y no caótica y desordenada.”

 

 

 

“La Rabbia” Pier Paolo Pasolini, 1963 “Poema para M. Monroe”:

DÍA Y NOCHE. في يـوم وليـلة

P1040514

 

 

¿No es mi cuerpo enfermo y derrotado un trofeo para mis enemigos?
¿No es una escarapela más a colgar en sus expedientes oficiales paraestatales?
¿Por qué pagué tan alto precio?

 

 

Ser una Mujer Libre tiene un costo muy elevado.
Lo fui, lo soy.

 

Día y noche.

 

No dejo de hacer una batalla ni un solo día, aún enferma y arruinada, mi vida.

 

Cuando pido un abrazo, él, me llama “moja calzoncillos.”
Dice que, yo, hablo y escribo como en una novela de cuarta categoría.

 

 

Una mujer iletrada, que sólo sabe de oídas y lecturas fugaces.
Mi patria y mi casa fueron una fogata, un techo de estrellas en la noche, y un suelo duro en el que dormir.

 

Mi ejército son mi lengua, cuerdas vocales y pulmones.
Cada discurso mío es una ráfaga de “Avtomat kalashnikova-AK-47”.
Cada palabra tiene un alcance de 443 metros, calibre ‎7,62 x 39.22 Long Rifle.

 

Cuando me abro al Amor, me piden Dinero.

 

Quién sabe qué idea tienen de mi, triste espejo en el que reflejar sus miserias.

 

Ignorancia y  falta de argumentos, para alguien que va con su corazón sangrante servido en un plato.

 

Un espejo de lucha, heridas, golpes y sangre que salió de mi oído.

 

 

No vengo a teorizar nada.

 

Mi venganza será continuar esta batalla sin cuartel.

 

 

El hombre que organizó mi tortura con una violación múltiple ha muerto.

 

 

El hombre que me secuestró con dieciocho años para encerrarme en una jaula de oro ha muerto.

 

 

El hombre que me violó con apenas ocho años, apenas una niña, ha muerto.

 

 

El Estado que aborrezco, me ha compensado por eso.

 

 

A los ocho años huí de la casa de mi padre, en un barco.

 

 

A los dieciocho años huí de un secuestro. Sentada al lado de mi secuestrador. Tren y bus, para sortear las fronteras. Guerra del Líbano 1986-1989. Es el final de la Guerra.

Me zafé de su brazo, corrí y viví al raso, más de tres años.

 

 

Voy de la mano de mi hermana, y respondo con insultos mordaces a los piropos de dos antropomorfos vestidos con bermudas, que ríen de un sin techo, que vomita su vida tumbado en un banco.

 

La ciudad se muestra inmune al dolor, el sufrimiento y el maltrato.
Ambulancias amarilleantes, preguntan al moribundo si desea ser atendido.

 

Taxi, calor, humedad.

 

Engaño masculino, calculado, taimado y feroz.

 

Flota.

 

Bambolea en perfiles con fotografías, que bailotean en un teléfono móvil, al ritmo de los pulgares.

 

Las mujeres ríen, hermanas.
Huyen de los abolengos rancios de unas islas malditas hace cinco siglos.
Vamos camino al sexto siglo de maldición.

 

 

El apocalipsis urbano las invita a bañarse en un mar industrial, con olor a gasóleo. Iridiscente superficie, con mareas, olas y corrientes artificiales.
Les hablan de la “ingeniería de la alimentación”.
Rechazan lo zafio y falaz de la parlante, cuando la ven lanzar una colilla en la orilla de la playa.

 

Huyen, duermen, las mujeres.

 

Despiertan deseando prenderle fuego a los poemas mal hechos.
Los tacones vuelan entre las manos de ambas en festín delicado. Ropas, peluquerías y pinzas animan el canturreo de sus voces.

 

La madre reseca e hiriente las hace huir, juntas, de la mano.

 

De nuevo.

 

Huir, es la propuesta.

 

 

AK-47:
https://es.wikipedia.org/wiki/AK-47

La mujer saharaui, la política y la Historia.

aminetu-haidar JulioCastro2009
Aminetu Haidar, foto Julio Castro-2009

Ayer se dieron a conocer el nuevo Consejo Político del Frente Polisario, el nuevo Gobierno y los nombres de los, y las, gobernadores/as de las diferentes Wilayas, administraciones provinciales.
Yo misma, y mucha más gente preguntamos ¿No hay mujeres? Rápida y amablemente nos fueron informando de que sí, hay varias mujeres Ministras en el Gobierno, y también varias Gobernadoras.
No faltó el comentario del resentimiento, “no hay mujeres porque son unos machistas”, que, por lo que leí, fue el único hombre que me respondió, según mi opinión desde algún resentimiento personal.
La mujer saharaui ha dado varios saltos en al menos tres paradigmas sociales, que yo conozca. Uno fue el de antes de la conquista española y francesa del territorio, que históricamente abarcaba desde Tindouf, actualmente Argelia, hasta el Tiris, actual Mauritania.
Esta era la zona que las tribus nómadas atravesaban en tiempos muy pasados, en pos de agua, pastos o lluvias para la agricultura.
Pasar de este paradigma social, tribal, establecido según reglas ancestrales, a la llegada de los europeos, a otro, en el que fueron obligados, por las circunstancias o en la búsqueda de un sueño de sedentarización muy anhelado, fue un choque importante para el pueblo saharaui que conoció el desprecio con que fueron tratados por los extranjeros en su propia tierra.
Las mujeres pasaron de ocupar un puesto central, y hasta imprescindible en el orden tribal nómada, a un papel secundario, impuesto por la cultura europea.
Más tarde con la descolonización, y la obligada huída hacia los Campos de Refugiados, las mujeres vuelven a tomar el lugar central que habían ocupado de siempre en su cultura, como médicos, enfermeras, periodistas o incluso integrando el Ejército del Frente Polisario. Muchas Secretarías Políticas integraron mujeres y fue creado el Consejo de Mujeres Saharauis.
El Frente Polisario tiene su origen político en el socialismo democrático, y este a su vez debe estar acostado en la tradición tribal y la religión musulmana. Observando en un plano general la política del Mundo árabe, esta asociación es muy frecuente, e incluye a la mujer en la vida social, política y religiosa.
Muchas veces se “exige” al Pueblo saharaui que reaccione como un Estado formal, cuando su realidad de pueblo exiliado a la Hamada argelina, les obliga a responder con los recursos de que disponen, escasos y en su mayoría debidos a la solidaridad internacional. Esta “exigencia” alcanza puntos de conflicto abierto, cuando se nombra a las “mujeres saharauis”. Muchas son las voces que desde Occidente, incluida la mía en ciertas ocasiones, preguntan ¿Qué opinan ellas? ¿Hay Ministras? Y las mujeres, y hombres, del Sáhara responden con amabilidad, aclarando porque a ellas no les atrae la participación en la Política o los puestos de responsabilidad. Imagino que a muchos hombres saharauis tampoco les interesa seguir esta senda de responsabilidad política, de responder con habilidad ante la exigencia de una sociedad en guerra desde 1975, con muchísimos y variados conflictos sociales, y necesidades urgentes.
Se alzan voces que calumnian al decir: “se ven Burkas en Tindouf”, la sociedad saharaui se ha “radicalizado” queriendo sembrar la sospecha de que se han transformado en integrantes del Yihadismo, en una estrategia mediática esgrimida por el invasor de su tierra y sus defensores europeos y norteamericanos.
Desde Europa les pedimos a las mujeres saharauis que actúen como ni siquiera nosotras aquí podemos actuar, y no creo que hayan mujeres asesinadas por el machismo en Tindouf, por poner un ejemplo.
Se enfrentan las madres saharauis al dilema de enviar a sus hijas a Europa, por cuestiones de salud o simplemente por obtener unos estudios, y que estas no quieran más tarde regresar a los Campos de Refugiados, en los que hay hasta 50ºC de temperatura y todas las deficiencias de no vivir en una ciudad, pueblo o país en paz. Y aún así siguen en pie, cantan, gobiernan Comunidades, ejercen sus profesiones, son Embajadoras y vuelven a ocupar el centro de la sociedad.

Articulo originalmente publicado en «El Confidencial Saharahui», en 2016

“Infieles” de Abdelá Taia.

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Fotografía: Håkan Lindquist.

Infieles de Abdelá Taia.
Editorial Cabaret Voltaire, 2014.

Gran destreza narrativa para convencer al lector avezado en El Magreb de que lo relatado podría haber sucedido una y mil veces a lo largo de la historia contemporánea de Marruecos. Para legos, un sobrecogedor paseo por los intrincados laberintos del Islam y la vida en cualquier país árabe, con sus grandes diferencias entre unos y otros. El abismo de clases y la desestructura de la sociedad civil arabo-islámica quedan magníficamente retratados por el autor, que aprovecha retazos de la vida cotidiana para subrayar cuan miserable puede llegar a ser el comportamiento humano con los que supone más débiles.

Abdelá Taia nace en Salé (Rabat) en 1973. Escribe en lengua francesa, se forma en Literatura francesa en la Universidad “Mohammed-V”de Rabat para establecerse en Paris en 1998. Siempre atento a la actualidad política y del mundo árabe, colabora habitualmente en la prensa internacional con artículos de opinión.
La traductora Lydia Vázquez Jiménez es Catedrática de Filología francesa y está especializada en literatura libertina y estudios de género, que compagina con la labor docente y la creación literaria.

La novela nos lleva de la mano de Selima, su hijo Yalal, y su abuela Saadia, por el Islam Malikí, con sus santones y procesos mágico-animistas, una de lass ramas aceptadas dentro el Islam formal.

Un peregrinaje a través de la vida urbana marroquí, sus miserias, la brutalidad con que se tortura a la ciudadanía de humilde condición, sin ahorrarnos nada.
Nos hace descender a lo más sórdido y repugnante de la intrincada medina magrebí para desembocar en la huída hacia un nuevo Islam.

Un “Islam del Amor”, inventado por seres que como ellos no encuentran lugar en el mundo hipócrita de muecines, imames y demás elementos corruptos del país alauita, descritos con una brutal nitidez. Una serie de circunstancias graves provocan la separación de Yalal y su madre, que acaban por reencontrarse en El Cairo (Egipto).

Con una maestría narrativa para convencer al lector avezado en El Magreb de que lo relatado podría haber sucedido una y mil veces a lo largo de la historia contemporánea de Marruecos.
Para legos, un sobrecogedor paseo por los intrincados laberintos del Islam y la vida en cualquier país árabe, con sus grandes diferencias entre unos y otros.
El abismo de clases y la desestructura de la sociedad civil arabo-islámica quedan magníficamente retratados por el autor, que aprovecha retazos de la vida cotidiana para subrayar cuan miserable puede llegar a ser el comportamiento humano con los que supone más débiles.

Trasladado el protagonista a Europa, su hilo conductor seguirá siendo el Islam. Un “nuevo Islam de Amor y de Luz”, creado por su madre.

Final sorprendente, lleno de magia, en el que se percibe que Abdelá Taia se ha apoderado de lo mejor, de Marruecos y del mundo.