Después del agotamiento del sábado, quedó desangelada.
Cual banquete antropófago, ella fue el manjar de la noche.
Vestido brocado, color vainilla.
Zapatos abiertos de madera, Tamancos.
Cabello nordestino, ondulado y suelto.
Cobardía. Hipocresía islámica.
نفاق
Lágrimas que no fueron suyas.
Apocalipsis masculino regado con alcohol barato.
Vapor de malhumor caprichoso.
De la mano de Xangó se alejó de la tal parada.
Ni desfiles militares ni cortejos pacíficos lograron conmoverla.
Se retiró a lo más hondo de su Ser.
Miguel Hernández le dio la “Luz victoriosa”.
Y por ella entró en su casa la cordura.
No era “un hoyo muy hondo”.
Fácil de llenar.
Restaba esperar la Estación de las Lluvias.
NIFÂQ: LA HIPOCRESÍA http://www.musulmanesandaluces.org/hemeroteca/8/nifaq.htm
Tremendo y valiente. Un abrazo
Me gustaMe gusta