Carta de una mujer Transexual a Chimamanda Ngozi Adichie.

 

 

 

Leí con asombro su declaración, en la que me negaba usted la condición de Mujer.
Hablo en mi sólo y único nombre, ya que jamás he militado en formación política alguna, a pesar de mis fuertes convicciones al respecto desde muy temprana edad.
Rechazada por mi condición sexual, femenina, a los doce años, no me quedó nada.
Ni marxismo, ni Anarquismo me aceptaron, y allí quedé, sola con mis libros de Toni Negri.
Atrás habían quedado Colette y Anna Karenhina.
Sólo me restó el Feminismo, que no es cosa baladí.
Todo el sufrimiento que pasé, desde la adolescencia hasta mi madurez, me fue infligido por mi condición femenina, esto es Mujer.
Todas las agresiones físicas y sexuales que sufrí a lo largo de mi vida fueron por ser Mujer.
La social-democracia trajo a mi país, España, una “suerte de mejoras” que comenzaron allá por el inicio del siglo XXI, y que culminaron con la Reforma del Código Penal durante el Gobierno de Zapatero, en su segunda Legislatura como Presidente del Gobierno.
Aún hoy, sufro el rechazo, la cosificación sexual, y hasta la burla, por mi condición de Mujer Transexual.
Me he sentido ultrajada hasta en mi Dignidad más íntima por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Personal Sanitario del Estado y el Juzgado cualquiera de este país al que me presentase.
Al denunciar Delitos de Odio, por Transfobia, incluyéndome en la denuncia la apostilla “Delito de Faltas” ha sido ultrajado y conculcado mi Derecho a la Justicia como Ciudadana.
Tuve que soportar las risotadas, y hasta los gritos de burla, mientras un agente me tomaba declaración, en una Comisaría.
Esto nos sucede a la mayoría de las Mujeres al relatar ciertos hechos, pero en especial a las Mujeres Transexuales, que somos asociadas automáticamente al estereotipo de “objeto sexual de Consumo”, con una orientación unidireccional hacia la Prostitución.
Pertenezco a una minoría de mujeres transexuales, que debido a nuestra edad y la falta de Igualdad de oportunidades educativas, luchamos por formarnos, de manera auto-didacta o yendo a la Universidad.
Meros privilegios de mujer blanca europea en un sistema social-demócrata.
Desde mi posición de mujer transexual, blanca y privilegiada, pues puedo dedicarme a escribir y realizar investigación para la que estoy capacitada, le reitero mi dolor por su humillación a mi persona.

 

A título individual.

 

Una humillación más, machista y patriarcal que jamás esperé de una persona como usted.
Sólo me resta despedirme, deseando que lea, o relea, a Chandra Talpade Mohanty, una Feminista e Investigadora de India, que en 1986 reclamaba en su texto “Bajo los ojos de Occidente”, que “…las mujeres del “Tercer Mundo” deseamos ser Sujeto y no Objeto de estudio…” que es al lugar al que usted, Chimamanda Ngozi Adichie, me ha relegado al opinar sobre mi vida y mi sexualidad.

 

 

Por si deseara releer “Bajo los ojos de Occidente”:

 

Un comentario sobre “Carta de una mujer Transexual a Chimamanda Ngozi Adichie.

  1. Esta carta, por desgracia, la podían escribir muchas. Todavía arrastramos los prejuicios del nacionalcatolicismo y de esa mentalidad cerril que es «como el rayo que no cesa». Pienso que se necesitan más voces como la tuya para reivindicar unos derechos que les han sido negados desde siempre. Espero que no ceses en esta lucha que debería ser la de todos los que se dicen demócratas. Un abrazo

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