Olga Benario y Luíz Carlos Prestes, un ideal revolucionario.

ADN-ZB/IML-ZPA, 19.2.1975, Olga Benario-Prestes, Antifaschistin
geb. 12.2.1908 München
April 1942 in Bernburg ermordet, emigrierte 1933 in die Sowjetunion; 1935 folgte sie dem brasilianischen KP-Führer Luis Carlos Prestes in dessen Heimat. Von Brasilien wurde sie im Frühjahr 1936 an die Gestapo ausgeliefert. Im November 1936 gebar sie im Berliner Frauengefängnis eine Tochter, die auf Grund internationaler Proteste an die Mutter von L.C. Prestes übergeben werden mußte. Olga Benario-Prestes wurde in das KZ-Ravensbrück verschleppt und in Bernburg vergast.

“Vuelo hacia la Miseria.”

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La mañana amaneció con velas encendidas.
Desayuno en penumbra.
Ducha rápida, a oscuras y taxi.
Aeropuerto. Dirección Gran Canaria.
Fumando en el exterior de la Terminal conversó con un señor de Roma, que viajaba para asistir al funeral de su madre.
Portón de seguridad, semi-desnuda, tacones en bandeja de plástico y dos bolsas en los pies.
Al entrar en la zona de embarque de aeronaves, Suelma va a El Aaiún, con sus cuatro hijos después de cuatro años.
Un año de separación por cada hijo.
Llaman a Suelma por el altavoz, y juntas corren con la chiquillada hacia la puerta de embarque.
Les desea feliz viaje, en árabe, y admira la sonrisa de la mujer saharaui.
Asiento azul de plástico y acero, diseñado para que no puedas dormir o recostarte.
Aroma de café, madre telefónica.
Embarcan en la aeronave, nueva, reluciente, y compartió asiento con una bióloga marina que viajaba a Azores a observar cetáceos.
El resto del pasaje lo conformaban familias jóvenes con niños, en plenas vacaciones.
Ladrones variados de la administración pública y empresarios disfrazados de periodistas televisivos completan el pasaje.
La tripulación fue muy antipática, apresurada en su explotación aérea, y afortunadamente el vuelo era de escasos treinta minutos.
Salió del aeropuerto de destino y conectó con una señora que había emigrado desde los EEUU en 1972 a trabajar en un Proyecto de UNESCO para aguas desaladas.
En 1972 empezó el fraude de desalar agua y venderla a precio de oro, ayudados por UNESCO, ahora tenía la confirmación.
Un dato que le dio la señora llegada de USA en 1972, clasista y racista, que manifestó durante la conversación “su asco por los negros y las moscas”, poniéndolos al mismo nivel.
Hablaron de medicina, cine y viajes. La palabra que la mujer más repetía era UNESCO…
Bajó de la guagua y anduvo, calle Triana adelante hasta encontrar un café, ansiosa por un disparo de nicotina.
Mientras tomaba café, fumaba y hojeaba los diarios, ojeaba a la vez el pulso de la calle.
Una mujer salió corriendo de la tienda de al lado, siendo perseguida por una empleada joven.
Más retrasada iba una señora de bastante edad, arreglada, con lágrimas en los ojos y desesperación en el rostro.
Más tarde cuando pasó de vuelta hacia el parque, allí estaba sentada, custodiada por la empleada joven que la persiguió y la señora mayor elegantemente llorosa, la ladrona.
Una mujeruca de cabello crespo blanco amarillento y ropa maltraída.
La ladrona lloraba balbuceando disculpas, apoyada por un hombre de aspecto callejero y barba del mismo color blanco amarillento.
Siguió su camino, neutralizada al observar, profundamente alterada por las condiciones de miseria que son cada vez más visibles.
Se agrandan.
Mientras tomaba café sentada, la abordó una mujer colombiana de mediana edad, con la que cruzó dos palabras amables en la fila para pagar el café.
Rimmel  azul, fue el tema de conversa, y se despidió con prisa agradeciendo su amabilidad y educación…
Miseria organizada.
En filas ordenadas.
A un lado las ladronas miserables, al otro las elegantes señoras.
Ella en el medio, como una muda testigo de todo lo acontecido, sin poder articular cualquier palabra o gesto que expresase la tristeza que inauguraba en su viaje la visión de la Miseria.

 

Fotografía de la autora: «Calle Triana, Vegueta,. Las Palmas  de Gran Canaria.»

"Entrevista con Cristina Fallarás."

 


Durante el gobierno de Zapatero, encendí la televisión una noche, y allí estaba ella. Cristina Fallarás, descarnada y narrando su propio desahucio. Con sus dos hijos pequeños. Paredes congeladas en el interior le dieron la bienvenida a la “crisis”, a esta veterana del Periodismo con mayúsculas. Anteriormente había dirigido varias publicaciones y fue despedida, embarazada de ocho meses, entrando en la masa desfavorecida. No tuvo rubor al contar que había robado para subsistir, en la televisión, horario noble, antes de que la dejaran en la calle, nuevamente, al terminar el programa. Conocerla es encontrar al Mundo desvestido. Es la niña que señala al Emperador que va desnudo desde su crónica periodística. Especialista en Ciencias Políticas. Asomarse a sus increíbles ojos azules es entrar en una trinchera de la memoria. Hablar con ella deja epatado al más bregado, por su franqueza y su elocuente oratoria. Nos visitó hace poco, y habló con nosotras en la Librería de Mujeres, en Santa Cruz de Tenerife. En junio vuelve a visitarnos para participar en la Escuela Feminista, donde versará sobre género y clase



¿Qué opina, después de su visita a Santa Cruz de Tenerife, sobre tener que andar 7 km en bus desde el centro de la ciudad, para poder asomarse al mar?

No me cabe en la cabeza que una ciudad le dé la espalda al mar. Sólo se explica con una administración pública que “diseña” la ciudad y el espacio público también de espaldas al ciudadano. ¿Cree que se ha sustraído un espacio público de la ciudad? En sus observaciones, ¿a quién beneficia esta dejación o abandono del espacio público por el Estado o Municipio? ¿Cree que estas transformaciones urbanas se dan para alejar a la ciudadanía del diálogo y desarticular la comunicación entre iguales en la Sociedad Civil? A veces hablar de “lo público” aleja su significado, por culpa del mal uso político. Lo que llamamos “espacio público” son nuestras calles, plazas y jardines, los museos, parques y bibliotecas, las ramblas y sus árboles, las escuelas y los hospitales. Son nuestros, de todos los ciudadanos, pero no exactamente porque nos pertenezcan. Eso implicaría “propiedad”. Son nuestros porque los ocupamos y los usamos. Usarlos es imprescindible. Es nuestro deber cuidarlos y mejorarlos, en el sentido de que esos espacios también mejoren la vida de los ciudadanos. Cuando el urbanismo y la gestión política de todo ello no implica mejoras evidentes para la vida de los ciudadanos, cuando facilitan el aislamiento y dificultan la participación, podemos decir que su administración es poco democrática, cuando no antidemocrática.

¿Qué sensación le ha producido pasear por nuestras calles? 

Dicho lo anterior, me enamoré de Santa Cruz de Tenerife, de sus gentes y, muy en particular, de las mujeres poderosas que conocí en mis charlas en la Librería de Mujeres. Hay algo en la ciudad fascinante ligado a su arquitectura y a los árboles. Existe una belleza en las calles de la ciudad más allá de las intervenciones públicas, que conecta el Caribe con África. En cuanto llegué, me sentí en casa. No me pasa habitualmente.

Conociendo su opinión en cuanto al “alquiler de vientres” ¿cree realmente que puede tratarse de “situaciones altruistas”, o son una excusa para mercantilizar el cuerpo de las mujeres? 

Se trata, sencillamente, de una barbaridad. No puedo comprender de ninguna manera que se presente como “un debate” posible. Es, ni más ni menos, el uso del cuerpo y la vida y el tiempo y las emociones y las hormonas y la sangre de mujeres pobres por parte de personas ricas. Va más allá de la explotación, en sentido clásico; me parece un nuevo modo de colonización. Una vez colonizadas y esquilmadas las tierras, colonizan y exprimen los cuerpos. ¿De quiénes? De las mujeres, por supuesto.


Conociendo el tratamiento de la violencia de género por parte del Gobierno de Rajoy, y también de la Justicia, en nuestro país, ¿qué herramientas le quedan al Feminismo para proponer soluciones a este grave asunto? ¿Apuesta por la desobediencia civil? 

Yo soy una firme partidaria de la desobediencia, póngale el adjetivo que mejor le venga. Obediencia, sacrificio, caridad, silencio, etcétera son valores católicos que me repugnan, y cuyos frutos, para las mujeres, son la violencia y la sumisión. Hace ya un tiempo que pienso en este asunto de forma radical: El feminismo, cierto feminismo, se planteó aspirando a “ocupar espacios”. Creo que ya no quiero ocupar esos espacios. No quiero recibir sus premios, aparecer en sus listas, participar en sus jerarquías. No sé qué podemos hacer. Yo, por lo pronto, me narro. Es un paso fundamental.


«Nada de lo que estamos viviendo con horror estos días habría sido posible sin la participación activa y satisfecha de los medios de comunicación. Ellos son los responsables del “relato” que hurtó a la ciudadanía la realidad de lo que estaba pasando: silencio, corrupción, robo, oligopolio y destrucción minuciosa de algo que llamábamos “estado del Bienestar”.


Mi madre es una mujer de 83 años votante de la única izquierda que ha existido desde la Transición hasta la aparición de “Podemos”, un fenómeno político que ella no entiende y le asusta. ¿Deben los Medios de Comunicación cambiar su estrategia de demonizar, o “Podemos” debe elaborar un discurso dedicado a esta población, mayoritaria en nuestro país?

El problema de la izquierda de su madre es que pactó la Transición, y también que un hombre llamado Santiago Carrillo se definió “juancarlista”. El problema es que tanto esa izquierda como los sindicatos participaron, por acción u omisión, del pacto de silencio que mantiene llenas fosas y cunetas, y en no pocas ocasiones, del reparto de lo robado a los ciudadanos. En cuanto a lo otro, los medios de comunicación demonizan a Podemos porque están construidos por el poder, para el poder y sobre el poder. Hablo del poder financiero, que ya es el único que existe. Nada de lo que estamos viviendo con horror estos días habría sido posible sin la participación activa y satisfecha de los medios de comunicación. Ellos son los responsables del “relato” que hurtó a la ciudadanía la realidad de lo que estaba pasando: silencio, corrupción, robo, oligopolio y destrucción minuciosa de algo que llamábamos “estado del Bienestar”. De la Cultura ya ni hablo, porque nadie recuerda lo que era, llegado este momento político.

¿Cree que es posible plantear una reforma de la Constitución de 1978 y llevarla a cabo con éxito? ¿Monarquía o República? 

La monarquía es un sistema podrido y feudal, una construcción de súbditos para súbditos. La nuestra, además, forma parte de una dictadura criminal. Sobre la reforma y su éxito, es cuestión de tiempo: siguen vivos y en los puestos de poder los franquistas y sus herederos, los hijos del miedo y la ignorancia… Ese es nuestro mayor problema, la ignorancia. Hace poco oía a algún escritor referirse al Lazarillo y la picaresca para describir la ineluctabilidad de la corrupción y la barbarie en España. Puede ser. Sin embargo, yo recuerdo algunos pasos en la II República, y aun antes, la Institución Libre de Enseñanza. Pero es cierto que todo lo que veo me lleva al desánimo.

 ¿Estamos en disposición de ofrecerles contratos laborales a las mujeres que deseen abandonar la prostitución, contemplando el marco laboral actual, y las futuras reformas exigidas por Bruselas? 

Nadie quiere ofrecerles contratos laborales a las mujeres que deseen abandonar la prostitución. Es más, nadie quiere que las mujeres abandonen la prostitución.

¿Cree que la transformación del ordenamiento urbano, que comentábamos en una pregunta anterior, responde a un plan ideológico para desarticular la capacidad de reunión y manifestación de la Sociedad Civil?

Dudo sobre lo que usted llama “capacidad de reunión y manifestación de la Sociedad Civil”. Dudo que sea necesario “un plan ideológico” para desarticularla. No se puede desarticular lo que no existe. De eso ya se encargó el PSOE hace más de dos décadas.

EL AMOR PROLETARIO.

 
 

Pensó en una frase absurda, mientras veía una película recomendada por una arpía clasista.

“Quiero pedir una hipoteca por la casa de Malibú” decía el protagonista a su ex mujer.
“Compraré la momia de Lenin con el dinero para aclararme si soy pan sexual, bisexual o simplemente hetero”, añadió Farah en su fértil imaginación, regada la tarde anterior con una sesión de sexo duro…
 
 
Recordó a su amor comunista, por el dolor que sentía en sus pezones, amoratados por la pasión y la locura vivida juntos.
Mezclaron el olor a sexo con sonrisas, y conversaron sobre el Capitalismo y el amor romántico. Sobre Engels y su “amor proletario”, contándole ella que, según este, «sólo entre la clase proletaria se podía dar el amor, excluidos los afanes económicos».
Sonrieron ante lo absurdo del planteamiento, entrados en la segunda década del siglo XXI, y se amaron a distancia, sonriéndose con el alma.
 
Una inyección de creatividad, venida del cuerpo de su amor proletario, la llenó de energía, y pensó en cuan inútiles eran las teorías, los ensayos y metodologías, cuando dos que se aman se enfrentan desnudos en un mismo combate.
Una batalla más de lo cotidiano que todo lo vuelve anodino, y conversaron sobre la convivencia. De lo imposible que resultaba a ambos, seres solitarios, compartir el espacio con alguien tan avasallador como ellos dos lo eran.
Todo esto yacía oculto en las frases de su conversación, él rendido, al fin, ante el amor de ella.
 
 Convencido de que ella, pobre iluso, no quería poseerlo, él sonrió, pensando tal vez que habían llegado a un entendimiento mutuo.
En el fondo ella estaba alegre por lo mismo, incoherente, humana e imperfecta. Radiantes los dos por el ejercicio de “¿Quién domina a quién?” que habían puesto en marcha en su cama, se amaban en silencio, sólo mirándose.
 
 
 
 

«VIENTRES LIBRES»

Fue durante los cinco siglos de esclavitud atlántica llevada a cabo por España, que se fue acuñando este título. Lo fue ante el agravio que recibieron las mujeres africanas esclavizadas, siempre en menor medida que los hombres y aproximadamente un 28% en el mayor de los casos, “mandadas a ganar” o “ganaderas”, esclavizadas en plantaciones o al servicio de la prostitución, cuando no en los tres casos simultáneamente.
El resultado de la negativa de los Tratantes de Esclavos españoles, negreros, a que, siguiendo indicaciones de la Corona y otros Estamentos, los esclavos se casaran y tuvieran descendencia, fue este desequilibrio, entre el número de mujeres traficadas y convertidas en esclavas en América colonial española con respecto al número de hombres esclavizados, usados como mano de obra de desecho y remplazo, tal y como figura en los documentos sobre la Trata, que figuran gracias a la obligación de “asentar” el número de esclavos a fin de que la Corona cobrase un impuesto por cada “cabeza” esclavizada.
Fueron variados los reclamos sobre el fruto del matrimonio, prostitución o violación por el Amo con las esclavas, desde la Iglesia hasta recomendaciones hechas por Emperadores y Reyes españoles durante los cinco siglos de Trata esclavista en nuestro país. Los anhelos humanitarios de algunos sacerdotes y obispos, por razones morales, acabaron confinados en Roma, bajo la custodia de una Iglesia que poseía y traficaba, comprando y vendiendo, esclavos.
Durante “El largo discurrir de la Abolición (1865-1886)*1 se discutió primero que nada la “Libertad” del fruto de los vientres esclavos, batalla que se dio en llamar de los “Vientres Libres”, que fue defendida por los Abolicionistas españoles. Durante las Cortes de Cádiz, Amadeo de Saboya y los periodos anteriores a estos dos episodios de la política española moderna, se abre el debate con suerte desigual, con el mismo resultado negativo para las mujeres africanas esclavizadas y sus hijos.

Se desprende de tal situación, que se prolongó por largos años, que el hijo de una esclava era Libre mientras su madre no lo era. Pasemos de largo por los cuatrocientos cincuenta años anteriores en los que no se tuvo tal consideración con los hijos de las esclavas africanas, fruto de su matrimonio con otro esclavo, de la violación de amos, o de su dedicación a la prostitución.

 Y nacieron los primeros africanos libres en América española, hijos de “Vientres Libres”, después de que los anteriores fuesen vendidos, junto a sus madres o por separado, y hablemos de los “Vientres subrogados”, situación que nos viene importada de Estados Unidos, que fue el país que más trabajó en la Abolición de la Esclavitud, al tiempo que se lucraba como ninguno de los residuos de esta.

 

Del uso de otra mujer para gestar al hijo de una pareja, del género que sea, estéril o fértil, o de un hombre o una mujer solteros, se viene a considerar esta nueva suerte de “Trata de Vientres”, en pleno siglo XXI.

 

Deberemos considerar el estudio de la Trata esclavista colonial como punto de referencia desde el punto de vista económico, ya que esta es la primera situación, según analiza Marx, en la que se usa “mano de obra esclava para generar un flujo económico constante” mediante la puesta en el mercado del producto elaborado por esclavos, como la misma Trata en sí, dado que se lucra el colonizador europeo con la venta de “armazones” de negros, como ellos denominaban a cada expedición esclavista hacia América.

Pretenden hacernos creer que una madre prestará su vientre mediante una transacción económica, para gestar un hijo ajeno, sin que esto acarree consecuencias. La primera es la Libertad de las mujeres abocadas a tal comercio por escasez de recursos económicos. La segunda es la Trata de Vientres que realizarán de legislarse, como ya se ha hecho en Estados Unidos, en nuestro país las personas que “deseen contratar estos servicios”, como si fuera alguien que viene a limpiarte la casa, te aparca el coche cuando vas a un refinado Club, o atiende tu teléfono en tu despacho, para que puedas dedicarte a tareas más sofisticadas.

 

De esta suerte, continúa el Capitalismo usando seres humanos para generar beneficios económicos o bienes, tal es un bebé subrogado. No se arredra ante lo inhumano de la Esclavitud de africanos en la América Colonial, de lo cual han pasado apenas ciento cincuenta años, para inaugurar un nuevo formato, la Trata de Vientres, exclusivamente femenina, de insospechadas consecuencias y que abrirá un brecha abismal entre las mujeres pobres y el resto de humanos que deseen “Subrogar sus vientres”.
Texto original de Farah Azcona Cubas.
 
*1 «LA ESCLAVITUD DE LAS ESPAÑAS. UN LAZO TRASATLÁNTICO.» José A. Piqueras, Editorial «Catarata», pag. 234

Yo, Ciudadana.

Como Ciudadana globalizada, se me pone el reto de no desintegrarme como mujer ante la emergencia del desastre fingido con el que el Capitalismo, en su versión más horrenda, pretende ilustrar el siglo que se nos viene por delante, y del que apenas llevamos transcurridos dieciséis años.
La Teoría Post-Colonial me ha mostrado una ciudad cruel, en la que ser objetiva me fulminaría de dolor, si me parase en mi subjetivo andar trastabillando por las aceras del Mundo Global.
La muerte de la Democracia representativa es hoy un hecho funesto, constatado ante el colapso de los Estados Nacionales e incluso del supra estado económico de la Unión Europea. Estados vaciados de contenido político en pos de un único objetivo: amasar fortunas virtuales que sólo confunden a la Ciudadanía, nuevamente en forma de propaganda, expandiéndose hasta en el más vulgar noticiero de cualquier televisión del Planeta.
Contamos con muy poco ejercicio honesto del Periodismo. El Activismo político está mal visto, por la ciudadanía apoltronada ante la jornada de final de copa de fútbol o cualquier magazine que destripa a cualquier farándula, delante de sus narices, después de comer.
La Cultura ha muerto a manos de la híper-conectividad. No somos capaces de leer más allá de un titular. Los libros han muerto a mano de las editoriales que sólo quieren rédito económico.
Yo misma, como sujeta política, obligada por mi condición de Ciudadana, voy a la deriva. Mi planteamiento es hoy feroz después de contemplar como las mujeres somos asesinadas, nuestros hijos masacrados, y viendo como el fantasma de una Guerra pavorosa se extiende por todo el Orbe.
Anuncian “nuevas masculinidades”, feminismos variopintos, olvidando sin pudor la lucha de la Ciudadanía Proletaria que le costó a este planeta el sudor, la sangre y las lágrimas de millones de seres.
Se personan cual tutores, en nombre de las prostitutas, para “legalizarlas”. Nos llaman mentirosas por denunciarlo. Hablan de hombres maltratados, de denuncias falsas. Simplemente nos expulsan del lugar al que hemos llegado después de siglos de batalla dura. Gobiernos supuestamente de izquierdas que no contienen una sola Ministra mujer.
El hecho plural de la sociedad barre con cuotas de poder alcanzadas a base de muertas, asesinadas y pisoteadas mujeres, del pasado y del presente. Se sostiene que “la consecución del bien común borrará la desigualdad”, lo que nos retrotrae al principio del siglo pasado, en cuestión de conquistas Femeninas, Feministas sin ningún atisbo de pudor por mi parte al decirlo.
Nuevas formaciones políticas auguran alcanzar Shangrilá, a base de repetir la injusticia del reparto del Poder, y dejarlo en manos masculinas. Las mujeres que conforman estos nuevos Partidos, nos llaman a la cara “anticuadas”. Lo nuestro, el Feminismo, es cosa del pasado, nos dicen en  nuestra atónita cara.
Un torbellino amoral y falto de toda ética arrolla al poder político, convirtiéndolo en mero ejecutor de órdenes bancarias. Países en bancarrota, migraciones forzosas por causa de Guerras interminables, y de nuevo estamos solas.
Solas, las Ciudadanas, ante la ignominia y el desprecio del Poder, que contempla como nos asesinan, torturan y violan, sin ningún pudor.
Vacías promesa románticas envuelven en su manto asesino a mujeres cada vez más jóvenes. Hombres embaucados por la ideología única, convertidos en tristes peleles del Neo-absolutismo con que se nos gobierna, con mano de hierro.
Y por eso hoy, Ciudadanas, os convoco a revertir nuestra situación, y reclamar un Proceso Constituyente para nuestro Estado, que nos coloque en el lugar en el que nosotras decidamos estar, y al Fascismo dónde siempre debió estar: en el abismo de la oscuridad al que nos somete a diario.

DE LO INCREÍBLE, LA CIENCIA Y LAS MUJERES.

Hacía días que yacía presa del dolor por su operación. Una cirujana, mujer valiente y de enorme destreza médica, había acabado con sus problemas de raíz, y nunca mejor dicho. Su cara inflamada en uno de sus carrillos, que había adquirido las dimensiones de uno extraordinario, le daba unos latidos profundos, tratados con la Ciencia.
Aquella misma Ciencia dominada por el Capitalismo feroz que dominaba, esclavizaba y asesinaba a miles de personas en un solo día.
En un solo día el Terremoto de Nepal había acabado con seis mil personas y esa loable destreza no había conseguido pararlo. Contempló la Ciencia con pena, por los maravillosos resultados, cuando puesta en manos de una mujer joven y cirujana obraba milagros, y cuando puesta al servicio de la devoradora máquina del Capitalismo arrasaba un país en una sola noche.
“Drones” volando, para vigilar la Franja de Gaza, irrisorio pedazo de tierra que aún mantenía la bandera de Palestina en alto. Una sola bala lanzando a miles de personas a protestar por otra muerte injusta de un afroamericano. Una más, que ciertamente no sería la última.
Desde lo vulnerable de su estado de salud, que lentamente se restablecía, pensó en como varían los tiempos según quién y cómo los maneje…
En manos de una mujer cirujana con interés médico hacía milagros y lo volvía todo lento, quien sabe para que se admirase la labor y belleza del trabajo realizados.
En manos de lo más asesino del Capitalismo, y en sólo cuatro horas, miles de hombres, mujeres y niños muertos. Ancianos enfermos soportando las bombas, incendios y penurias de un ataque bélico. Niños con miembros amputados y quemaduras gravísimas, que marcarían su vida para siempre. Pesadillas y sudores en medio de la noche. Angustia de sus padres por no poder darles el Futuro cierto con el que habían soñado cuando les trajeron al Mundo. Doctoras, cirujanas impotentes, al ver su Hospital bombardeado, sin luz, o desmantelado por el rapaz capricho de gente sin alma que hace de la salud un negocio.
Negoció con su cuerpo y este no le respondía. La Naturaleza seguía su propio tiempo, sus normas no pueden ser desafiadas.

"SATURNO CONTRO"

Se sintió “bloque”, dirigiéndose desde el bloque de apartamentos en el que vive, hasta el bloque en el que vive su madre. A diario, monótonamente, cotidiana desidia.
Intentó empeorarlo viendo una película de Ferzan Ospetek, dramático en grado sumo, para llorar.
Imágenes de mujeres ucranianas bombardeadas. Pensó en ella misma y su madre cuidando de su padre con Alzheimer, diez años atrás, durante la Invasión de Irak. Pensó en lo desvalidas que se sintieron las dos pensando que podían ser ellas dos con su padre, en medio de aquel bombardeo interminable con misiles repletos de uranio empobrecido.
Volvía a sentirse así con las mujeres de Ucrania clavadas en su retina, muy adentro de su cerebro.
Pensó en los ancianos, niñas y mujeres, jóvenes y viejas. Atrapadas en medio del bombardeo, sin luz, agua ni comida.
Se sintió afortunada en su vida. Un amor pendenciero, un amor romántico-proletario-comunista. Un amor depravado plagado de juguetes sexuales.
El asesinato de Mohammed Lamin Haidala, hermano, en Layoune. Sáhara lleno de sangre. Tortura y sufrimiento.
Su ascensor, en su bloque sube lento, baja más lento aún. En el bloque de su madre sube veloz, baja más veloz. De un bloque lento a un bloque veloz. De un amor bloque a un amor silencioso y doloroso.
Fingió que nada le dolía, para poder llorar, por una muerte ficticia, cinematográfica.
No asistió a la muerte de ninguna de sus amistades. Tampoco a la de su propio hermano o su amado padre. El terror le hacía huir de la muerte, a seis mil trescientos veinte kilómetros por hora.
Recordó su cuerpo tirado en aquella cama de hospital y como sintió sueño. Más tarde le explicaron que “eso era morirse”. Diabólico hospital repleto de gente maligna. Tubos, aparatos, agujas y dolor. Tanto dolor que nunca había dicho nada hasta hoy. Terror de perder la capacidad de decidir por sí misma.
Y pensó en el cyber-amor-lejano, que tanto daño le hacía… Mientras se sentía aliviada por las lágrimas