Todos hemos visto como las revueltas que comenzaron desde Layounne que han dado lugar al movimiento de los descontentos contra Mohamed VI, pasando por Túnez, Egipto, Libya han sido una maniobra de “quema de archivo” de la CIA de dirigentes que sabían demasiado reemplazados por supuestos islamistas cuando no por el propio y mismísimo ejercito, caso de Egipto. Han aprovechado la buena fe del pueblo que creía que al fin llegaba la ansiada libertad para tirarlas en brazos de normas más rígidas que las anteriores cuando no en un deterioro de un sistema “democrático ficticio” que mantuvo a Hosni Mubarak en el poder décadas.
El caso tunecino sea quizás el más dramático donde han pasado de la libertad, igualdad y fraternidad, en un país en el que el aborto estaba legalizado y de corte árabe pero en el que las mujeres gozaban de total igualdad, para acabar con el triunfo de los islamistas “moderados” en unas elecciones en las que la desconfianza total de los votantes, caso de las elecciones marroquíes del día 25 de Noviembre, han dejado el paso libre a fuerzas que causaron en Argelia 250.000 muertos al ser ilegalizado el tétrico F.I.S. en la guerra civil encubierta en la que el ejército miró para otro lado, cuando no colaboró en las masacres y apoyó al F.I.S. con la Ley del Perdón o reconciliación, aprobada por Buteflika, mientras los radicales fueron vencidos por la sociedad civil.
Será la Sociedad Civil la llamada a dirigir esta nave a la deriva de las “primaveras árabes” a buen puerto y no la clase política, mucho menos el ejército, empeñado en continuar con sus prerrogativas de los “años de plomo”para que el proceso no cristalice en una “Era Glacial islámica” en una región que reclamaba formar parte del siglo XXI y ha sido “obligada” a retornar al oscurantismo de los latigazos por llevar vaqueros, sumiéndose en una sima en la que por justicia no se merecían caer.
Nada cambiará. No esperen gran cosa de las elecciones egipcias en ciernes, y miren como la flota de la armada naval rusa se ha dirigido a apuntalar a Siria, animada por su cómplice China. Observen como los Reinos Wahabitas han desatado una “ola de modernidad” perdonando a una mujer que condujo un coche, para apuntalarse en el poder y observen como ha nacido la nueva Guerra Fría: de un lado EEUU, Israel y Europa arruinada para mantener hasta a su propio cuerpo diplomático y del otro al demonio “islámico” que años más tarde nos mostrará los “gulag” creados para reeducar a los díscolos que no quieran pasar por el aro de las nuevas dictaduras. Para acabar les recomiendo que vean el vídeo de la corresponsal de guerra Isabel Pisano, hablando con Jesús Quintero en Canal Sur Andalucía, de lo que se hizo en Libya y que nadie le quiere publicar en este mundo tan civilizado.