Retumbaban en su cabeza las palabras de Clarice Lispector, en una entrevista de mil novecientos setenta y siete “Cuando no escribo estoy muerta…”, en medio de la febrícula que le había provocado “El amor y otros demonios”, también denominado desamor o ínter-estación.
¿Que astro maléfico la sacudió el sábado noche, cuando se sintió fuera del tiempo, como muerta, lejos de cualquier forma de cultura, identidad, idioma y los consideró lejanos, muy, demasiado lejanos para una extraterrestre como ella?
Sintió como la música napolitana arrasó su corazón, de puro desamor, y la destruyó, la hizo gritar de ira, despreciar lo mezquino, lo carnal, vitalmente humano, llegándole a parecer pedazos de ganado, descuartizados y listos para ser consumidos, en una antropofagia mutua, vedada para ella, y sólo apta para “hombres y mujeres”, humanxs.
Continuó en el torbellino de la fiebre del desamor, abandonada por las últimas personas en las que confiaba, que le recriminaron desear estar sola, y disolverse en el colorido fondo marino. Recibió duras palabras que la hirieron y ella, en su candor de moribunda, admitió una torpeza inexistente, para quedar en paz, muerta, hasta sus próximas trescientas palabras, que le darían el hálito del “Ka” egipcio clásico.
Revivió para morir de desesperanza y hastío, hasta sus próximas palabras, que la devolverían a la vida de nuevo. Esta vez las contó, y no llegaban ni a trescientas… Sólo su loba fiel la seguía al lecho, deseando su compañía, y viceversa.
Fotografía Teresa Azcona. Derechos reservados.
Fotografía Teresa Azcona. Derechos reservados.
Demasiado bueno el relato -literatura perturbadora y exquisita-. Demasiado intenso. Demasiado cruel con sus amigas. Demasiada Farah. Espero que Habiba ponga orden en esa casa y en esa alma. Y ahora?…
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Demasiado bueno el relato -literatura perturbadora y exquisita-. Demasiado intenso. Demasiado cruel con sus amigas. Demasiada Farah. Espero que Habiba ponga orden en esa casa y en esa alma. Y ahora?…
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Farah no ha sido recriminada ni abandonada. Es su sentimiento. En realidad, está siendo reclamada por quienes nos sentimos hermanas huérfanas de ella. Ojalá regrese a su lugar en el mundo, esté donde esté: Haberlo,háylo.
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