Grecia, a través de su presidente, convoca un referéndum popular para saber que opina el pueblo de su esclavización por los bancos luteranos y francófonos.
La gruesa moral alemana, en boca, más bien bocaza, de su primera ministrucha, ha telefoneado a la Francia que lleva alzas en los tacones “para parecer más alta”, mostrando su complejo de enana.
¡Cuidado!-ha dicho la súper-ministrucha a su amigo el de los tacones alzados- nos van a joder el negociete los esclavos mediterráneos….
Jummmm-respondió al otro lado del teléfono el de los tacones alzados- no se lo pondremos tan fácil…..
¡Esto me costará perder 25 kilos más! ¡Estoy horrorizada!
Se nos han sublevado los esclavos, le seguirán Portugal, Irlanda y España, nunca debimos fiarnos de ellos con lo bien que nos iba en nuestro “club prerrogativo de Roma” allá por los años 50…
¿Como podemos admitir que una nación de oscuritos nos plante cara y pueda salirse de nuestro molino de euros?
¿Algo habrá que hacer no?
Espera, me llora mi Brunni y su bebé-dijo tacón alzado-voy a tener que colgarte y te llamaré de madrugada. Entonces tramaremos algo para que los oscuritos del Sur no se nos subleven, ¿Quizás otra Gran Guerra Europea? Vete pensándolo querida. Y colgó ante el enfado de la gran salchicha ministra.
Esta vez parece que no tenemos escapatoria, EEUU nos presiona, Israel nos desautoriza, ¿que haremos? Dijo mientras devoraba un struddel con semillas de amapola tras otro. Los oscuritos, ¡ya les daré yo referéndum a estos oscuritos!
Pensaré alguna guerra bacteriológica, o diremos que tienen armas tóxicas, pediré el auxilio de la OTAN, les diré que quieren imponer el burka, algo habré de hacer ¿que diría de mi Lutero si no lo hago?