De Farah, el ministro, el cuervo y el conejo.

Farah ahondaba en su observación de los cuervos, que invadían la ciudad silenciosa, donde sólo se oía cantar a pájaros de todo tipo, y cerca de los canales a las ocas llamar a sus hijos para mantenerlos en la guardería.
Se sentía turbada desde la entrevista con el vice ministro, la tarde anterior, de la Ciudad Silenciosa, para tramar la regeneración de los clones, expulsados doblemente de la sociedad, primero por los clones familiares y luego por los humanos decentes, que les miraban como escoria mecánica, quedando así en una imposibilidad, ante el rechazo doble, que había llevado a los clones a rebelarse de forma salvaje, cometiendo delitos menores, agresiones y construcciones mentales erróneas, dejados de la mano de sus familias de metal y de la sociedad humana.
Se puso furiosa cuando escucho a un funcionario encargado de la reintegracion, ella no veía que a los jóvenes mecánicos les faltara ninguna pieza, y si que poseían un caudal inmenso de riqueza que engrandecería y sanaría el futuro, gritarle y apartarle del trabajo comunitario por la tozudez del funcionario y la llamada constante de atención del clon, falto de millones de kilos de amor por sus maravillosos cables y estructuras mecánicas,  que les habían llevado días atrás a un enfrentamiento con el líder de los clones de nombre oriental, grandioso y caucasiano.
Al desayuno en la terraza, con café y cigarrillo, por mucho frío que hubiese en la Ciudad Silenciosa, observo al conejo asignado a su portal, y se decidió a reconciliar a humanos, clones, cuervos y conejos, convirtiendo aquella triste ciudad donde nadie sonreía, en una luz brillante que iluminase toda Europa con el ejemplo de la cooperación, tramada en silencio con el vice ministro de Familia e Integración social, del tratamiento de aquellos rebeldes, que rechazados por unos y otros, presionados por los dos lados, el mecánico y el humano, se hacían violentos, lideres negativos que arrastraban a otros clones inexpertos en el camino del crimen y el dinero.
Deseo con todas sus fuerzas abolir el dinero, prohibir la propiedad de unos y otros sobre otros y unos para finalmente vivir todos en Libertad, sin necesidad de envidiar ni codiciar nada ajeno, e imbuirlos a todos en el estudio profundo  y obligatorio para todo ser que desee vivir en una comunidad, incluso con cuervos y conejos, a través del estudio obligatorio de la profundidad e igualdad de todos los seres ante la vida… que construyen la verdadera identidad.

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