De pronto conoció a un chico en Internet que quería presentarse en su casa con una peluca y vestirse de prostituta. Ella le dijo que viniese para comprobar de qué tipo de persona se trataba, como era físicamente y en el fondo analizar aquel comportamiento.
A la hora convenida sonó el timbre y subió apresurado un muchacho guapísimo con un cuerpo fornido, que al momento se sintió decepcionado por la ausencia de género de Farah. Él deseaba otro varón fornido que le acompañase en su rocambolesca y oculta sexualidad y claramente se sintió decepcionadísimo.
Empezó a balbucear unas excusas, que estaba harta de oír a sus 45 años, y ella, tajante le dijo que nada de aquella conversación era necesario, y que si no se sentía bien que se marchase.
Pasó la tarde conversando con unos amigos muy queridos y su vida se volvió a llenar de su propio ser. De sus amados viajes, de sus vivencias dichosas y no tan dichosas, en fin de lo que en realidad era. Esto la ayudó a superar la pretendida crisis que el muchacho de la peluca, ¡que idea esa la de presentarse a su casa con una peluca en la casa de un desconocido y querer ser una pretendida mujer, un hombre de aquel tamaño! La verdadera crisis la tiene él, que es un homosexual no asumido, y que seguramente sufrirá terriblemente, al ver todos los días que no es una puta con peluca… ¡ay que ver que mundo tan raro!
lo pone en tu perfil, queridx, en el apartado de intereses, y como me ha hecho gracia por eso lo menciono.
salud!
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ah yaaaaa! es que eso lo scribí hace muchos años, tendré que cambiarlo…. no se vaya a enterar la fila de desempleados y vengan a tocarme a la puerta en masa…. besos
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jaja!
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la odisea de Farah a veces me recuerda al principito viajando por esos asteroides…
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