Anarquismo intuitivo. Práctica del anarco-feminismo desde la intuición. Tuineje, isla de Fuerteventura.

Viví en Tuineje, Fuerteventura hace un tiempo, concretamente en un barrio llamado “Corral Blanco”. Me vi en un momento de apuro y una mujer me presentó a otra mujer;  esta última mujer me alquiló una casita, buen precio, buenas palabras y prohibido alcohol y drogas que no me supusieron ningún problema porque no soy usuaria.

Fui muy bien recibida por la familia, un matrimonio con varios hijos mayores, marido jubilado y mujer cabeza de la casa, con más de 300 cabras y un toro, gallinas.

En el trato diario fui observando que la mujer tenía un tejido comunitario con otras mujeres del barrio, algunas de su familia otras sólo vecinas, incluida la panadera y otra mujer que tenía una especia de mercadito para algún apuro, que conformaban una red de cuidados, cultura, comida y venta de productos de su explotación ganadera.

Pilar, que así se llama mi amiga y compañera hasta el día de hoy debe rondar los 70 años, hace queso, vende cabritos y con su coche vende huevos de sus gallinas por todo el municipio.

A las dos nos encantaba conversar, y todas las mañanas me llamaba para tomar café juntas mientras hablábamos de asuntos cotidianos, asuntos del barrio, del pueblo, y sin quererlo me convertí por un tiempo en punta de lanza de aquella escuadra de mujeres anarquistas intuitivas, pues muchas eran analfabetas.

Tuve que empadronarme en aquel ayuntamiento por cuestiones prácticas, y cuando le dije la dirección a la administrativa del consistorio me espeta “Esto es “Corral Blanco”, ¿usted sabe dónde se ha metido a vivir”?

Le respondí que “sí, que en la casa de una señora muy seria, respetuosa y su familia” a lo que rápidamente respondió con un “por supuesto Pilar es una mujer estupenda”.

Sentí la criminalización de aquellas prácticas anarco-feministas inconscientes, y su señalamiento, por lo que rápidamente respondí, “A mí me parece un barrio muy acogedor, me han recibido con los brazos abiertos, y que pasa, que las de “Corral Blanco no pagan sus impuestos? Porque esto es un Ayuntamiento no el programa de Ana Rosa Quintana”.

La administrativa ensombreció el rostro y balbuceo una disculpa. Lo mejor fue cuando de regreso a casa le conté a Pilar todo este asunto y las carcajadas que dimos juntas.

Pilar me contaba sus quehaceres diarios y comprendí rápido que quién ostentaba la autoridad en aquella casa era ella, aunque le daba a su marido un lugar de respeto por su opinión, y un cariño enorme tras la superación de un cáncer.

Me contó que ella y su hermana fueron las primeras mujeres analfabetas que aprobaron el carnet de conducir en Fuerteventura,  mientras me llevaba en su coche con una carga de queso y cartones de huevos para su negocio. También me contó que entre ella y otras mujeres del barrio atendían a su tía y otras mujeres mayores del barrio, que vivían solas.

Pilar hace teatro con otras mujeres de su pueblo, en el “teleclub” como llaman ellas al centro cultural del barrio, hace playbacks de Rocío Dúrcal vestida con sus mejores galas en la fiesta del pueblo, y participa de la romería, y la fiesta del “Diablo de Tuineje”, que se celebra todos los años en la misa del Gallo, en Nochebuena dentro de la pequeña iglesia del pueblo con sillares de piedra volcánica, tejas y una pared encalada blanca como la nieve.

La fiesta del “Diablo de Tuineje” merece un aparte pues se representa la batalla de San Miguel, arcángel, contra el Diablo y en la que participan todas las vecinas y vecinos del pueblo, incluidos los niños, una mezcla religiosa-fetichista en la que se crea una expectación para ver a quién le toca hacer de Diablo ese año.

Y ya ven, que para practicar el Feminismo y vivir en una comunidad anarquista, estas mujeres no han leído nunca ninguna teoría intelectual. Saben que deben hacer, conocen su Clase Social y al señalar al enemigo no yerran.

Fotografías de la autora todos los derechos reservados.

Fotografía 1: Amanecer en Corral Blanco, Tuineje. Fuerteventura

Fotografía 2: «Batalla de Tamasite», óleo sobre madera. Iglesia de Tuineje, Fuerteventura, Detalle.

“Fuerteventura, Propiedad, “Señorío” y Nazis”.

En estos últimos años se ha hablado mucho sobre los “Hoteles Ilegales” construidos en el ahora “Parque Natural de las Dunas de Corralejo”.

Nos enteramos por un diario de que la actual propietaria de la ilegalidad en cuestión es “Riu-Hoteles”, que “cambió” la Jurisdicción de la “Isla de Lobos” al gobierno por una “moratoria de 70 años” a la “concesión” que le fue retirada por realizar obras ilegales, y le fue concedida por el Gobierno de Mariano Rajoy.

La “Propiedad” tiene muchas particularidades en Fuerteventura, al establecerse esta con la “Conquista” y la Potestad del “Señorío” que incluía también poder nombrar alguaciles y regidores, otorgada por Enrique III de Castilla alrededor de 1434, y que es abolido por las “Cortes de Cádiz” en 1811.

Antes de instaurarse el “Señorío”, la Tierra era compartida de forma comunal, no exenta de conflicto, por la población aborigen, denominados “Mahos”, conformada por grupos nómadas que realizaban pastoreo y otras actividades relacionadas.

Mis bisabuelos poseían una casa de “dos alturas”, con “alpendre” y Aljibe de “Caliche”, en los “Llanos de Hospinal”, municipio de Antigua.

Eran agricultores y tuvieron muchos hijos, caso frecuente entre finales del Siglo XIX y 1925, cuando mi abuelo abandonó la isla para trabajar de “Botones” en el “Hotel Santa Catalina” de Las Palmas de Gran Canaria, después de salvarse de la “Guerra de Marruecos”.

Con la enfermedad de mi bisabuelo, ya a finales de la década de los 60, cerraron la casa y quedó vacía, ya que toda la familia había emigrado al Sáhara o a las “Islas mayores”.

Se “vendió” la casa, sin la firma de ninguno de sus hijos e hijas, y herederos por derecho de la “propiedad”. Hoy es propiedad, sí aún sigue con vida, de una mujer anciana con el mismo apellido de mi bisabuelo y probablemente pariente.

El “Alpendre” está derruido por el robo de la viga de Tea que sustentaba el “Alto” de la casa y en completo abandono.

Hablemos ahora de “Jandía”, “Handía” como reza en los documentos de 1434 o la “Dehesa de Handía”, situada en el extremo sur de la isla de Fuerteventura.

La “Propiedad” de la “Dehesa de Handía” fue de la misma familia de “Señores de Handía” desde la Conquista hasta 1932, en que la vendieron a Gustav Winter, un Nazi que se instaló en Madrid y trabó relación con la familia heredera y se la compró.

Gustav Winter aterrizó en la isla majorera y se construyó un “castillo”, según la voz popular, en la Cordillera de Cofete, no lejos del caserío de mismo nombre.

Impuso “Winter, el Nazi” el mismo trato a los habitantes del lugar que venía siendo usual desde los tiempos del “Señorío”, esto es un “impuesto económico” por cada cabra, gallina, camello que entrase en la “Dehesa” huyendo los habitantes de Cofete hacia los municipios de Pájara o Tuineje.

Winter proyectó una urbanización turística en “La Pared”, y construyó un aeródromo de tierra en la Punta de Jandía. La Urbanización fue construida y es propiedad de sus herederos a día de hoy, aunque estos han vendido una parte de “Handía” a “Lopesan” una empresa hotelera de triste recuerdo de Gran Canaria.

Y he aquí que el hijo del Nazi conserva su Propiedad, “Riu-Hoteles” es propietaria de la “Isla de Lobos” y sólo puedo llorar en la ruina de la casa de mi bisabuela Quiteria…