La Honestidad, las “razas inferiores”, la Transfobia y los Derechos Humanos.

«Leyes Raciales de Nüremberg» durante el Nazismo. Museo «Memoria y Tolerancia», México.

Elaborar el pensamiento requiere soledad, paciencia y muchas, muchísimas lecturas y referencias.

Tengo la costumbre de llevar mi cuaderno infantil de escritura, lápices, bolígrafos y rotuladores en mi bolso, Siempre van conmigo. Anoto, como me enseñó Gloria Anzaldúa, mientras lavo los platos, estoy en la calle andando o me tomo un café sentada en este calor que no acabará ya nunca. No necesito ningún “cuarto propio” y sería ridículo si consultamos los precios de los cuartos dada la conversión del techo, cubrirse de la intemperie, en “commoditie” para la especulación y no en acto civilizatorio o derecho conquistado.

 

 

Erika Hilton, diputada federal brasileña electa en 2022 y nacida en 1992, decía en un encuentro que presencié en la web “Ustedes Blancos viven su delirio de Blanquitud, y cuando yo nombro la palabra “colonizador” ustedes la llevan a la ficción, a una novela histórica de la tv, a la propia historia, en cuanto la Colonización está sucediendo en esta misma sala” (dónde soy estigmatizada por ser negra y transexual y formar parte de un movimiento político y no convertirme en ese personaje folclórico que puedas catalogar y no te amenace, que puedas manotear y te de risa).

 

Quiero introducir aquí el pasado Esclavista español, que comenzó con la Conquista de Canarias, de dónde soy natural y dónde nací 500 años después, porque es de esa deshumanización de pueblos originarios de Canarias y de diversas culturas más de África (¡oh sorpresa Canarias está en África!), de ese negarnos la condición de humanas de dónde viene la posibilidad de vendernos como cosas, propiedades, inferiores, y no como humanas blancas, superiores, intocables y propietarias.

 

Del Ideario Biologicista del Imperio alemán, posterior y alejado, trasladado a la vida cotidiana, a la publicidad de finales del siglo XIX e inicios del XX, todo estaba determinado por la creencia de que “la raza blanca, europea era superior a las otras”.

 

El Fascismo posterior es heredero directo, véanse las Leyes Raciales de Mussolini  que rescata este concepto de raza superior vs raza inferior, y ya en la guerra civil española 1936-1939 dónde sitúo el inicio de la 2ª Guerra Mundial,  vemos a la pseudociencia fascista española hablando del “gen rojo (comunista, izquierdista) que hay que extirpar de la nueva sociedad futura”.

El Nazismo sigue esta misma doctrina perversa del biologicismo, apoyado en el genetismo para dictar leyes eugenésicas “para extirpar a las razas inferiores, impuras y crear así una “raza superior”. Se colocan de este modo a algunos grupos en subalternidad (inferioridad) al grupo dominante (superior).

Lleguemos pues al momento actual con este posfascismo que nos invade, la decadencia del neoliberalismo que ve que se le escurre el poder de entre las manos, dirigido a recolocar de nuevo a los sujetos políticos indicando con “marcas biologicistas” quién debe participar del grupo dominante y quién debe ser dominado o simplemente segregado y expulsado.

En palabras de la Diputada Federal brasileña Duda Salabert, electa en 2022 y nacida en 1981, autodeclarada travestí/transexual, “Disputamos nuestra consideración como Humanas. Si hemos disputado nuestro derecho a una identidad, a un nombre y hasta el uso del baño (correcto o incorrecto según elementos transfóbicos) y nuestros Derechos Humanos, lo que está en disputa es nuestra condición humana , como lo fue con la Población Negra esclavizada que no era reconocida hace 300 años  como humana en el país (Brasil) que más travestís y transexuales asesina del mundo” (…) Al ser entrevistada esta misma semana por unas palabras tránsfobas recibidas en el desempeño de su labor como parlamentaria en la que le fueron pedidas disculpas posteriormente y ella insistió en no llevar este asunto más adelante, “pues dejaría el verdadero objeto de mi interrogatorio por Golpismo en un segundo plano, lo que en ningún momento pienso hacer”.

Nos quieren decir a gritos cual es el lugar que debemos ocupar, igual que lo han hecho con Negros, Mujeres y con todo el colectivo LGTBIQ+, escribo desde el asiento de espera de este sistema industrial de tratar cuerpos enfermos que hemos creado llamados “Hospitales”, mientras atisbo la pantalla alterada por los bocinazos que da cada vez que pasa un número, eso hemos vuelto a ser.

Igual que en los campos de concentración, experimentación y exterminio Nazis, un número.

Ni siquiera voy a entrar a valorar todos los casos ridículos que inventan para señalar nuestra diferencia, como travestis/transexuales, como prisiones, deportes y demás anecdotario eugenésico remozado porque no es este el objeto de mi análisis y sí lo es el biologicismo geneticista que se usa contra nosotras con la misma alegría, jamás olviden que es una pseudociencia, que le aseguran a usted pertenecer a una determinada etnia por el ADN de un diente extirpado a una momia de hace 600 años o más, tras un análisis genético.

Finalizo con la Sentencia emitida por el más alto Tribunal de Justicia de Brasil (STF), que equipara los Delitos de LGTBIQ-fobia a las Injurias Raciales, decisión tomada este pasado Agosto de 2023, señalándoles que ni soy una sirena, ni una impostora, ni ningún ser híbrido. Soy simplemente Humana.

 

 

Las Palmas de Gran Canaria, Gentrificación y la “postal fascista”.

Por fin el aeropuerto en Tenerife se había vuelto africano y la saludaron Senegal, Gambia y el Sáhara.

Voló a Gran Canaria con la socialdemocracia sentada a su lado, asiento de pasillo, ella en la ventanilla, «ultraizquierdista» se tuvo que declarar ante aquella conversación obligada.

Aterrizó en el “Teatro Pérez Galdós” y tomó café en la Calle Mayor de Triana, completamente gentrificada con un hombre joven vestido de pijo, que ni sabía que era fascista, hostil sí que era, de puro nazi.

Parloteó con cuanta mujer obrera se prestó y Mercado de Vegueta adelante, llegó al Patio de los Naranjos, en la trasera de la Catedral, no sin antes discutir con la funcionaria de la “Casa de Colón” que dijo que “antes Guanarteme era sólo putas y maricones, ahora da gusto todo lleno de terrazas”… Ella afilada le respondió que “los Maricones también tienen que tener su sitio en cualquier ciudad, país  y le advirtió de que sus palabras podían herir sensibilidades y costarle un disgusto, en el Mundo cabemos todas”, sentenció.

Pidió permiso a una señora mayor al verla fumar, y ella la invitó a sentarse. La anciana fumaba con aquel estilo de diva de película de los años 40

Hablaron sobre “lo Público”, Política y Cines. La señora le contó que vivía en una Residencia de ancianos cercana a la Catedral.

Notó la soledad de la mujer y como su oído agradecía la palabra política de aquella mujer con barbilla tatuada.

La despidió, se despidieron y se sumergió en la Fotografía de Nabil Boutros,

Nabil Boutros es un artista egipcio de origen Copto, exiliado después del fracaso de la Revolución de 2011, y desde entonces vive en Francia.

Disfrutó de nuevo de la charla con la celadora del la exposición mientras comentaban las fotografías e instalaciones artísticas de Nabil Boutros.

Una mujer joven con dos niños de corta edad, y juntas fruyeron una conversación  fugaz de la Política al Arte y a la Cultura.

Pasó en volandas la Calle Triana, el colmo de la gentrificación, y aterrizó en Playa Chica, Las Canteras.

Una nube de Melfas saharauis la abordó, cuál miríada de mariposas multicolores, y disfrutó de la terraza del bar “Pío-pío”.

La conversación de la mesa contigua le llamó la atención, esa mescolanza entre hassanía con muchas palabras en español incrustadas en la voz árabe.

Habló al más joven y el muchacho le respondió áspero, torciendo los ojos.

Bebió agua con gas y limón, servida por la propietaria china.

Merodeando por las callejuelas del Laberinto-Medina que conforman “El Puerto” llegó a un oasis de telas mauritanas, inciensos y babuchas amazighs.

Como no, se aprovisionó de Khool para pintar los ojos y librarlos de la contaminación y salió feliz, con un saco repleto de fantasía a la espalda que le llenó la vida.

Comió a la moda magrebí y se sintió en su propia casa. “Ahlan wa Sahlan”, Bienvenida a tu tribu, acompañada por una señora colombiana de hablar sabroso, que la dejó a la puerta del restaurante.

Anduvo con su fardo de fantasías a la espalda con el peso del sol de mediodía y se topó con la “Casa Suecia” y toda la melancolía de la juventud vivida en aquellas sillas y mesas se la tomó con un café, muy sueco como aquellos de antaño.

Recordó cuando leía los periódicos colocados en una larga pinza de madera, cómo en los hoteles de las películas a dos calles de la playa y del Océano Atlántico.

Recordó todo saboreando el café, lo bueno, lo malo y lo regular. El sabor del café ruín hasta llegar al café sueco de infusión, colado, otro oasis.

Las noches bailando y las noches en blanco en plena tragedia. Esta ciudad es abierta y áspera. Te lo da todo y te quita todo, una ciudad africana de vida dura.

Observó que el paseo litoral imitaba al de Copacabana, y aquella pobre ciudad no sabía que era Favela, Morro habitado clavando tablas de chabola, comiendo pescado de la orilla y bebiendo agua cargada al hombro o a la cabeza.

Una vocación de “ser la ciudad carioca de África«, en dura competencia con Casablanca y su cinturón de “Bidonvilles”…

Texto y Fotografías originales de la autora.