
En 1999 viajé por primera vez a Agadir, Marruecos. Fue el 1 de Julio de 1999 y acababa de regresar de una larga temporada en Brasil.
Volé en una avioneta ejecutiva desde Las Palmas, la opción más barata fuera del monopolio de «Royal Air Maroc» propiedad del estado, y visité la casa de la familia de mi profesora de árabe en la Universidad. Me recibieron de manera muy hospitalaria, hasta que empecé a hablar de política, y no supieron si sentarme en el salón de los «Hombres» o en el de las «Mujeres«.
Llegado ese punto decidí irme a un hotel para no incomodar y comprometer más aún a la familia. Me llevaron al Barrio de Talborjt, que atesoro en mi retina antes de ser gentrificado. El Cine, la Estación de «Tobús» (así llaman en dariÿa al Bus), los niños y niñas, las mezquitas de barrio, las tiendas de telas, panaderías y cafés de barrio.
Necesitaba estar sola, después de tanta familia, tantos saludos y tanta política. Recuerdo que el primer día que salí del hotel a tomar un café no era capaz de levantar la cabeza, la situación impone a una mujer que viaja sola.
Conocí el «magasin» de un hierbero Aziz, que me indicó cómo sortear el acoso sexual callejero pasando a ser acosada sólo por él, ser robada por turista, y más. Conectamos rápido por el Tarot, que yo usaba para meditar y él para hacer «gri-grí» (nombre dado a la Brujería) a las mujeres y a sus maridos, y así alimentaba a su familia.
Dos días antes de mi regreso, murió Hassan II. La televisión empezó a emitir unos programas especiales en los que una voz rezaba y una imagen de una paloma volaba, exactamente la misma paloma de los billetes de 100 Dirhams.
Regresé a Tenerife cargada de joyas de plata artesanas, telas amazighs y mucha música «Tashelhit» en casetes.
Me divorcié y me deprimí. Decidí entonces irme de nuevo a Agadir, para quedarme una larga temporada y tantear las posibilidades de vivir allí.
Conocía a un tipo que me llevó enrolada como tripulante en un yate de un mafioso inglés desde Tenerife a Gibraltar. De ahí a Algeciras, ferry y llegar a Tánger una de las ciudades más caóticas, sucias y ruidosas que he visitado en toda mi vida.
Tren nocturno hasta Marrakesh, acompañada por muchas Mujeres Contrabandistas con su carga acumulada bajo una Chilaba enorme, punto más al sur a dónde llega el ferrocarril, y desde allí un «Tobús» hasta Agadir.
Asistí al primer discurso de Mohammed VI, cuya fotografía al lado de su hermano presidía ahora todos los bares y tiendas, reemplazando a la de su padre Hassan II o colocada al lado ante la incertidumbre. La «Fiesta del Trono«
Incertidumbre de una Dictadura Militar de «años de plomo», chivatos, vigilantes de la moral, policía turística que impedía a extranjeros estar con los marroquíes u obligaba a pedir un permiso para hacerlo.
La prostitución era sórdida y la más abundante que había visto en años. Mendigos y Mendigas, Ladrones, Rateras, fumadores/vendedores de Hashísh, Niños y Niñas de la Calle, componían el mosaico presidido por una mujer policía que dirigía el tráfico desde una rotonda elevada.
En su primer discurso Mohammed VI aseguró querer acabar con esa dictadura a su manera, y «convertirse en garante de los Pobres».
Ordenó reconocer el asesinato de Ben-Barka, y todo volvió al mismo cuchicheo de putas, rateros, chivatos y demás. Se abrió una «Comisión de Investigación de Crímenes en los años de plomo» de su padre, Hassan II y se dieron algunas indemnizaciones.
En el año 2.000, vista la imposibilidad de habitar semejante espanto volví a Canarias, viajé a Brasil de nuevo, y sucedió lo narrado en el anterior post «Nosotres les Sin Tierra«.
Recuerdo que me fui de Agadir un día de tormenta, rayos, relámpagos y lluvia que saludaron el coche oficial de Yassir Arafat, llegado para la «Cumbre Al-Quds» celebrada allí, que nos saludó con la mano desde el vidrio blindado. Era el año 2.000, hoy Marruecos a cambio del reconocimiento de la «marroquinidad del Sáhara Occidental» ha firmado los «Acuerdos de Abraham´s» por los que establece un compromiso de amistad y cooperación con Israel y reconoce a Jerusalén, de quién es garante de facto presidiendo el «Comité Al-Quds«, como Capital de Israel durante la administración norteamericana de Trump.
Ya en el primer viaje me contaban de musulmanes que iban a rezar a las playas, para «condenar los bikinis» de las Turistas. Se sucedieron en estos 24 años varios gobiernos «islamistas» siempre bajo el paraguas del «Majzén» (La Tienda, El Almacén), camarilla mafiosa que habita los alrededores del Rey, recibe prebendas y forma parte de su Clientela más acaudalada.
Las ratios de pobreza aumentaron con vértigo durante el gobierno del «Rey de los Pobres» autodeclarado por Mohammed VI. La Educación cayó por un precipicio. Acumuló una fortuna personal ingente, se casó, tuvo hijos, y desapareció su mujer Salma Benali. El Rey enfermó, dicen que por la disipación y las malas compañías, mientras le afilaron las orejas a su hijo Mouley Hassan y comenzó a salir en las fotos junto a su padre el Rey, como en la Era de Plomo…

