
Esta mañana al coger el ascensor para comprar el pan, hablé con unos trabajadores que actualizan el cableado eléctrico de mi edificio, de más de 60 años de antigüedad.
Trabé conversación con uno de ellos, hombre venezolano joven subcontratado, y hablamos, hablé mejor porque tengo e intento usar mi autoridad en la conversación (risas), sobre “el elevado precio de la Electricidad y dije que uso gas de bombona”, el trabajador preguntó si era bombona, no sé por qué ya que en Canarias no existe “gas-ciudad”, “para cocinar y calentar el agua de la ducha”.
“El Gas cuesta más de 20 €”, a lo que rápida, consumidora actualizada e informada, respondí “bajó de precio, ahora cuesta 16€, después de que el Gobierno de Pedro, el guapo, aprobase la “Excepción ibérica” pactada con el Gobierno de Portugal en la U.E.” (Aunque Canarias esté en África y en línea recta con el Sáhara Occidental a poca distancia, y Argelia)
Rápidamente se incorporó su compañero de trabajo, hombre andaluz, joven y con tatuajes en los brazos, que dijo “yo sólo sé que me retienen 800y pico € de mi sueldo” a lo que rápidamente y para no perder el poder en la conversación respondí “claro, eso es para construir carreteras y hospitales”, a lo que el-trabajador-subcontratado-emigrado contraatacó diciendo “A mi me gusta la Sanidad Privada”.
Abrí la puerta del ascensor para bajar y antes le dije “cuando te rompas una pierna verás como acabas en el Hospital Público”…
Mucho se ha escrito y se ha mostrado en documentales la “sección” anarquista de la C.N.T. “Mujeres Libres”, creada una vez negada su participación en el comité, como ellas reclamaban.
Uno de los episodios que más me impactaron, narrado por Mary Nash en “Mujeres Libres. España 1936-1939” es cuando narra “cómo las compañeras anarquistas subían a un tranvía y arengaban a las pasajeras mujeres con discursos que versaban sobre los más variados temas, el matrimonio, el trabajo de la Mujer, su participación en la Política”.
De esta fórmula anarco-feminista he tomado ese accionar en cualquier espacio público y convertirlo en político, porque el espacio es público porque lo usamos y pisamos, no porque sea de nuestra propiedad.
Porque lo Público atañe a la Comunidad, algo que el Ultra-Capitalismo casi ha logrado cercenar, y es por eso Compañeras, que las llamo a tomar la acción de la palabra en cualquier mínima ocasión que se propicie: en la cola de la caja del supermercado, andando por la calle de la ciudad, mientras interactúas con cualquier trabajador o trabajadora, como único medio de subvertir la facistización de la Sociedad y el propio Lumpen.
También quiero llamarlas Compañeras a contemplar esa transformación del Lumpen por el Fascismo del Ultra-Capitalismo, que lo mismo lleva a una turba a asesinar a Samuel en A Coruña, al grito de “Maricón”, a golpes, como una jauría humana hace ahora dos años, o al reciente caso del artista caboverdiano de visita en Las Palmas de Gran Canaria invitado por una institución oficial, a quién, según la crónica periodística, “no le gustó al Portero de la discoteca “Pequeña Habana”, situada en la calle “Fernando Guanarteme”, zona histórica de trabajo sexual Trans*, Travesti, dónde declara que “tras la negativa del portero a dejarle entrar al local le cayó una lluvia de golpes que ni sabe identificar de dónde vino.
A Yuran Henrique, así se llama el artista caboverdiano víctima del lumpen fascistizado, le tuvieron que restaurar la mandíbula y la nariz en varias cirugías y casi pierde la lengua por los golpes, por supuesto en un “Hospital Público”.
