De cuando Farah, por fín, encontró a su tribu.

Farah discutió con la primera beduina que la invitó a unirse a la tribu Algarabía. Pero recapacitó y decidió sumarse a aquella primera reunión.
Primero que nada encontró personas que ya conocía en su andadura, acompañada de su loba y sus cernícalos, y se sintió más tranquila.
Luego cuando la reunión se fue desarrollando Farah empezó a darse cuenta de cuantas cosas tenía en común con todos aquellos habitantes del desierto y dejó de sentirse sola por primera vez en 45 años. Por fin se sentía acompañada por gente que le explicaba, con su sola presencia, millones de preguntas que ella creía sin respuesta, la semidiosa Maria José la sorprendió con su majestuosidad y su cultura llena de profundidad intelectual. La libertad dada entre todos los diversos caracteres de los integrantes de la tribu la hicieron sentirse formar parte por primera vez en su vida en un grupo humano.
En una semana había avanzado más a los flancos de aquella tribu que en 45 años de soledad combativa e impertérrita. Se sintió agua correr por el mismo curso que el gran caudal de aquella tribu.
Abandonó la tristeza impuesta por la mezquindad del amor de la rata masculina, que había despachado de su vida dos meses antes, e imaginó que él nunca alcanzaría aquellas cotas tan altas de pensamiento de gente de su misma edad, que se preocupaba de escribir pensar y estudiar, en cuanto él se intoxicaba a jugar en aquella plantación virtual de marihuana.
Aún le daba vueltas en su cabeza la frase que su amiga entre risas, barajas y cigarrillos le había dicho sobre la famosa rata masculina. ¿No te parece extraño que se diera cuenta que te amaba y te había recordado cada día de los cinco años que estuvo lejos de ti justo el día que discutió con su amigo que le daba casa, comida casa y demás? Su cerebro reía a carcajadas y celebró tener tan buenas amigas.
Continuó tomando su tratamiento anti-rata-masculina y percibió como mejoraba milagrosamente cada día más y ahora a pasos agigantados por su encuentro con la tribu Algarabía…

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